El paracetamol es uno de esos medicamentos que habitualmente todos tenemos en casa y utilizamos de un modo más o menos indiscriminado. De hecho, es uno de los analgésicos más utilizados en todo el mundo, solo en el año 2013, fue prescrito a 22,5 millones de personas. Además, podemos decir que se venden 32 millones de envases al año ya se trate del medicamento genérico o bajo los fármacos comerciales conocidos como efferalgan o gelocatil. En España, estos ocupan el segundo y el tercer puesto en la lista de ventas de medicamentos.
La verdad es que en general, cualquiera de nosotros en el momento en el que no nos sentimos bien por cualquier cosa apostamos por tomar uno de los medicamentos más baratos del mercado, el paracetamol.
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El paracetamol se popularizó en los años 60
El uso del paracetamol como analgésico empezó a hacerse extensivo en la década de los años sesenta del siglo pasado. En los Estados Unidos, empezó a comercializarse en 1955 con el nombre de Tylenol. En su origen se pretendía que este medicamento sustituyese a los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) tipo aspirina o ibuprofeno de los que ya se sabía que tenían graves efectos secundarios, entre otros el sangrado gástrico o las úlceras.
El paracetamol se considera usualmente como un medicamento seguro y leve, por supuesto siempre que lo tomemos bajo prescripción médica y en las dosis adecuadas. Pero los experimentos científicos y la evidencia cada vez demuestran más que si se toma durante períodos muy prolongados de tiempo, el paracetamol puede tener efectos secundarios graves sobre el organismo.
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El consumo continuado reduce la hemoglobina
El profesor Michael Doherty es un reumatólogo de la Universidad de Nottingham en Reino Unido. En el año 2011, realizó un estudio en el que se incluyó a 900 pacientes de 40 años de edad o más que tenían un dolor crónico de rodilla. Todos ellos habían sido tratados con paracetamol, con ibuprofeno o con una combinación de los dos medicamentos para aliviar el dolor.
Tras 13 semanas de tratamiento se elaboró una comparación de los pacientes. Se descubrió que uno de cada cinco, había perdido el equivalente de una unidad de sangre por hemorragia interna, tanto si habían tomado ibuprofeno como si habían tomado paracetamol.
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Otros problemas que puede causar el paracetamol
El doctor John Dickson dice que el paracetamol puede ser una droga peligrosa y que «puede causar problemas renales y hepáticos, y causa tanto sangrado intestinal como los AINA”
También la Food and Drugs Administration (FDA) de EE.UU mantuvo en el año 2013, que en algunos casos el consumo de paracetamol puede ser causa de enfermedades de la piel como el síndrome de síndrome de Stevens-Johnson, necrólisis epidérmica tóxica y pustulosis exantemática aguda generalizada.
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Dosis seguras de paracetamol
El problema del paracetamol es emplear una dosis superior a la indicada, algo que puede ser muy fácil. En general, no se recomienda nunca consumir más de 4 gramos de paracetamol cada 24 horas. Y es que, tan solo 5 gramos de este medicamento ya pueden ser causa de complicaciones hepáticas.
El paracetamol es un medicamento del que es muy sencillo tomar una sobredosis de modo accidental ya que existen diferentes medicamentos que lo llevan entre sus componentes. Por eso, entre otras cosas, siempre es muy importante leer detenidamente los prospectos de los medicamentos que tomamos para saber cuál es su composición y también los efectos que causan.
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Cómo es de efectivo el paracetamol para tratar el dolor
Otro tipo de investigaciones también ponen en duda la eficacia del paracetamol como tratamiento contra el dolor, ya que hay quienes dicen que no funciona o que solo tiene un efecto moderado.
La organización Cochrane, en el año 2006, llevó a cabo siete estudios diferentes en los que comparaba los efectos del paracetamol con otro producto placebo. Entre las conclusiones que extrajo están que, en dos de los estudios, los pacientes que tomaron paracetamol no notaron ninguna diferencia en las sensaciones de dolor. Mientras que en el resto de estudio la mejor media era de tan solo un 5% a favor de aquellos que habían tomado el paracetamol, algo que los autores del estudio consideran como de «una importancia clínica cuestionable». Si hacemos caso a las afirmaciones del Dr. Dickson, para muchas personas el paracetamol simplemente tiene un efecto placebo.
Y es que como analgésico, el paracetamol puede ser una ayuda importante para aliviar el dolor en algunas personas y, en otras, pueden no tener ningún tipo de efecto. Por ejemplo, existe otro estudio en el que se determinó que el paracetamol era útil para aliviar algunos pacientes que tenían migraña y dolores de cabeza ocasionados por la tensión. Pero que sin embargo, no tenía utilidad para aquellos que tenían un dolor crónico de espalda, dolor postoperatorio, dolor menstrual, etc.
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Aprender a convivir con el dolor
Según el Dr Dickson, en cualquier caso es importante no abusar de los analgésicos: «el dolor en sí no está haciendo ningún daño, no es algo que se pueda curar y, a veces, no tiene sentido tomar nada. Tenemos que aprender a manejar el dolor»
Y es que no debemos de olvidar en ningún momento que cualquier tipo de medicamento tiene efectos secundarios. A la hora de tomar los lo hacemos porque se considera que los beneficios son superiores a los riesgos.
En la actualidad, en el Reino Unido se ha dejado de recetar el paracetamol para tratar los dolores causados por la osteoporosis. Se considera que proporciona beneficios limitados en este caso y a la larga puede causar más problemas. También hay estudios que ponen en duda que el paracetamol sea un medicamento útil para tratar los dolores de espalda.
En general, desde el ámbito de la investigación, cada vez se considera más que los pacientes no deberían de tomar paracetamol de forma habitual.
Lo ideal sería que nosotros mismos empezáramos a considerar otras formas de tratar el dolor. Mejor si estas resultan carentes de efectos secundarios como darse un baño caliente o realizar todos los días ejercicios de estiramientos.
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