Libreros independientes desisten de conseguir una declaración de servicio esencial en España

Varios libreros independientes han reconocido este miércoles 16 de diciembre tras una reunión con representantes del Ministerio de Cultura que la declaración de servicio esencial en España «jurídicamente es difícil, por no decir imposible», pese a haber reunido más de 75.000 firmas apoyando esta petición.

«Al final, ante cualquier posible Estado de Alarma, son las autoridades sanitarias las que deciden qué servicios son esenciales según la gravedad. Hemos salido un poco decepcionados por eso, ya que no se puede cerrar una esencialidad antes de que se produzca otro posible estado de emergencia», ha señalado a Europa Press el promotor de la iniciativa, Rafael Soto.

Soto (de la librería Nakama) ha estado acompañado por varios libreros independientes de Madrid –Terry Craven, de la librería Desperate Literature; Cristina López de Vino a por letras; Begoña Loza de La esquina del zorro rojo y Pepe Olona, propietario de Arrebato Libros–. La reunión ha sido con la directora general del LIbro, María José Gálvez.

La petición en ‘change.org’, que ya va por las 76.726 firmas, ha sido respaldada por autores como Elvira Sastre o Javier Sierra. Soto ha apuntado que, pese a darla «por terminada», no la cerrará «por lo que pueda pasar». «Pero ahora vemos que una declaración tiene poco recorrido, porque dependerá de Sanidad y las comunidades autónomas», ha lamentado.

La declaración de servicio esencial supondría que los ciudadanos puedan acudir a las librerías en las zonas con restricciones y limitaciones comerciales o en caso de confinamiento domiciliario. Tal y como explica Soto, países como Bélgica o México ya han dado este paso, y dentro de España, una comunidad autónoma como Andalucía ha reconocido que las librerías «son fundamentales».

«Tenemos cierta decepción, pero es comprensible. Desde Cultura además nos han contado el compromiso por las librerías y nos sentimos muy contentos porque se han escuchado nuestras reclamaciones», ha remarcado el librero, quien reconoce que su sector ha sorteado mejor la crisis del coronavirus que otros profesionales de la cultura.

«Por ejemplo, estamos muchísimos mejor que técnicos de sonido, los conciertos, la música o el teatro, por la realidad que impone este virus. Pero sigo opinando que la cultura es segura, en todos los ámbitos», ha indicado, tras alertar de los riesgos de un nuevo confinamiento.

«Las Navidades están cerca y son el período del año con el que muchas librerías consiguen salir adelante. Estamos más que preparados para garantizar la seguridad de nuestros lectores, que suelen acudir de forma individual a comprar libros. Llegado el caso de posibles confinamientos duros, si no nos lo ponen un poquito más fácil, muchas tendremos que cerrar», ha concluido.

El pasado mes de noviembre, coincidiendo con el Día de las Librerías, el sector resaltaba una «lenta recuperación del flujo de trabajo y ventas» en España, tras la crisis generada por la pandemia de coronavirus, pero con unas pérdidas del 22,5% en los tres primeros trimestres de 2020 respecto al mismo periodo del año anterior.