Es una sensación preocupante y angustiosa. Sabemos que aquí debajo, bajo la piel del pecho, están algunos de los órganos más importantes para mantenernos con vida, como el corazón y los pulmones. Tal vez sea por ese motivo por lo que los dolores en el pecho nos preocupan más de la cuenta. Los dolores en el pecho pueden ser muchos, de muy diferente tipo y deberse además a causas que nada tengan que ver las unas con las otras.
El dolor de pecho, entonces, puede adquirir formas muy diversas. Podemos estar hablando de un dolor sordo y generalizado o de una punzada muy intensa. En otros casos, puede tratarse de una sensación opresión en los pulmones, muy típica en los casos de ansiedad. También es necesario establecer qué zona del pecho es la que duele para establecer con mayor exactitud las causas.
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Ayuda médica
Un dolor de pecho persistente es causa más que justificada para ir de inmediato a la consulta de un médico. Lo más grave que puede pasar ante esta situación sería que nuestro pulmones o el corazón estuviesen afectados por alguna dolencia. Precisamente por eso, ante la más mínima duda hay que acudir a un médico profesional.
De todos modos, es conveniente mantener la calma. Y es que este dolor, según a qué causa se deba, puede adoptar formas y sensaciones muy diferentes entre sí. Si te duele el pecho, no se va a tratar necesariamente de un problema cardiaco o respiratorio.Pero conviene asegurarse del todo.
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Cuando el corazón está de por medio
Empecemos con la posibilidad más preocupante de todos. Cabe decir que, pese a que tiende a relacionarse el dolor de pecho con una enfermedad del corazón, no está necesariamente probado dicho vínculo. Los enfermos de algún tipo de dolencia cardiaca generalmente refieren más bien una molesta que una sensación de dolor como tal.
No obstante, hay algunos síntomas que se manifiestan en el pecho y que sí podrían tener que ver con una enfermedad del corazón. Estos síntomas e indicios son los siguientes: opresión u ardor en el pecho; sensación de ahogo y falta de aire; sudor frío; mareos; vómitos; dolor agudo por el pecho, espalda, cuello y hombros y un dolor intenso e intermitente.
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Problemas pulmonares
Enfermedades que afectan a los pulmones, como son la neumonía, la pleuresía o el embolismo pulmonar, se manifiestan también mediante dolencias en el pecho. En concreto, lo que puedes sentir son dolores fuertes en esa zona así como la falta de aire y la dificultad para respirar que desemboca en una sensación de ahogo.
Al igual que en el caso de las dolencias cardiacas, esto no es ninguna broma. Si sufres estos síntomas de forma prolongada durante uno o dos días, acude inmediatamente al médico para que te examine y puedas salir de dudas.
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Una angina
Esta es otra posibilidad. La angina es una molestia que surge en el pecho cuando no recibimos la suficiente cantidad de sangre en el corazón. Esta circunstancia se manifiesta a través de una incómoda sensación de opresión y tensión sobre el pecho.
En estos casos, es posible que este dolor llegue hasta la mandíbula a través de los nervios. El dolor de pecho causado por una angina es muy parecido al que podemos sentir durante un ataque al corazón. Una angina de hecho, suele ser un síntoma muy claro de una cardiopatía coronaria, que aparece si las arterias están obstruida.s
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Dolor muscular
El dolor muscular viene generado por una lesión en un músculo. También puede deberse a haber ejercido una excesiva presión sobre dicha zona, e incluso a un síndrome de dolor crónico. Los síntomas son muy amplios y variados, e irán en función de la zona afectada. Puede ser más o menos punzante, más o menos agudo y más o menos difuso.
Hay varias formas de asegurarse de que nuestro dolor se debe exclusivamente a causas musculares. Si mejora al masajear un poco la zona, es que es un dolor muscular. Si empeora mucho y te duele más al coger aire de forma brusca, es que se trata de un dolor muscular. Debes cuidarlo, pero no es ni de lejos tan grave como los casos anteriores.
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Ataque de ansiedad
Aunque tiene mucho de físico, las causas últimas de un ataque de ansiedad o de pánico son de tipo psicológico. Se siente una fuerte opresión en el pecho que nos impide respirar con normalidad y nos lleva a pensar que nos estamos ahogando.
Este dolor puede también parecerse mucho al que se experimenta durante un ataque cardíaco, pero su naturaleza es muy distinta. Al sentir que no respira, la persona se pone aún más ansiosa en un círculo vicioso que normalmente exige medicamentos para detenerse. Aunque suelen ser breves y pasajeros, es importante intentar relajarse, respirar lentamente y de forma profunda.
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