Llegas tarde a la operación bikini, y lo sabes. Pero no importa. Cuidarse debería ser algo para todo el año, y no depender de criterios estéticos. Saber qué se come, llevar una dieta equilibrada y saludable debería ser una prioridad para todos. Y todos sabemos, desde que nos lo repetían nuestras madres de niños, que la fruta y las verduras han de ser el pilar de nuestra alimentación. Y, si no gustan, lo suyo sería aplicarse para que empezasen a gustarnos.
También deberíamos saber, de cuando íbamos al colegio, que los hidratos de carbono son la base de la pirámide alimenticia. Encontramos hidratos de carbono en la pasta, el arroz, en productos lácteos, en algunas frutas…y también en algunas verduras. Los hidratos de carbono son macronutrientes. ¿Y qué significa esto? Significa que son una de las tres formas principales de sustancias que usa el cuerpo humano para obtener energía o calorías. Todos los macronutrientes se deben de obtener de la dieta; ya que el cuerpo no puede producirlos por sí solo.
Estas son algunas de las verduras que contienen carbohidratos y que, por tanto, deberían estar muy presentes en tu dieta.
Brócoli
El brócoli, a veces también conocido como brécol, forma parte de la familia de las crucíferas. Se trata de una verdura muy rica en vitaminas y en minerales que le brinda grandes beneficios al organismo. Esta verdura, de hecho, puede ser tomada como uno de los ingredientes-estandarte de cualquier dieta que se pretenda sana.
Se trata, además, de un alimento versátil que puede incluirse en todo tipo de recetas. Pega muy bien, por ejemplo, con los cereales, con un plato de arroz o con unas patatas cocidas. También puede formar parte de ensaladas o incluirse como ingrediente en cremas de verduras.
En 100 gramos de brócoli encontramos 1,8 gramos de hidratos de carbono. Y no solo eso: también es rico en vitamina C y E, en fósforo y potasio.
Coles de Bruselas
De entre todas las verduras, son las coles de Bruselas las que tienen mayor cantidad de carbohidratos. Hasta 6,6 gramos de hidratos de carbono entrarán en nuestro organismo si comemos 100 gramos de coles de Bruselas. Por lo demás, casi el 90% de su composición es agua y tiene también un alto porcentaje en fibra.
Por esto, las coles de Bruselas son muy útiles para regular el tránsito intestinal y combatir el estreñimiento. Debido a su bajo contenido en grasas, es también apropiado como ingrediente en dietas que persiguen reducir el peso corporal.
Pueden tomarse a la parrilla con pimienta y sal, en un salteado con setas, acompañadas de almejas, con una base de cebolla y mantequilla…
Judías verdes
En lo alto de la lista estarían también las judías verdes. Con un plato de judías estamos comiendo una exquisita combinación de minerales, vitaminas y nutrientes de todo tipo. Además, se trata de un alimento de bajo aporte calórico. Esto significa que nos ayuda a eliminar los líquidos y toxinas que nuestro cuerpo acumula.
Las judías verdes se pueden cocinar al vapor, hervidas con patatas, rehogadas con cebolla y jamón o al horno. Si lo preferimos, también pegan muy bien en recetas frías, como podrían ser ensaladas con anchoas, nueces o queso.
Cien gramos de judías verdes contienen hasta 7 gramos de hidratos de carbono, así como 3,4 de fibra y 37 miligramos de calcio.
Coliflor
El principal componente de la coliflor es el agua, lo que la convierte en un alimento de escaso aporte calórico. Al igual que otras hortalizas de la familia de las, la coliflor tiene múltiples beneficios nutricionales. Entre ellos destaca una cantidad importante de fibra, ideal para regular el buen funcionamiento del tránsito intestinal.
Las vitaminas más presentes en la coliflor son la C y la B. Esto implica que es un alimento que sirve para absorber el hierro que ingerimos en otros alimentos y prevenir la anemia.
Cien gramos de coliflor contienen 2,1 gramos de hidratos de carbono.
Calabacín
El calabacín es uno de los alimentos más ricos en nutrientes que podemos llevarnos a la boca. Su contenido calórico es bajísimo, pues en 100 gramos apenas encontramos 20 calorías. Se trata de una verdura que apenas tiene grasa. Además, conlleva altas dosis de agua, fibra y minerales como calcio, potasio, sodio, fósforo…
Sus propiedades son múltiples. El calabacín es útil para adelgazar, para controlar el colesterol y la presión arterial o para frenar el envejecimiento.
Además, se trata de un alimento que encuentra acomodo en una gran cantidad de platos: con carne, con pasta, al horno, en un revuelto, en un arroz…
Berenjena
Más del 90% de la berenjena es agua, por lo que también podemos comerla sin miedo a engordar. Es una hortaliza que destaca por su aportación en fibra, muy necesaria si padecemos problemas de tránsito intestinal. Según la Fundación Española de la Nutrición, “ciertos estudios han indicado que algunos flavonoides presentes en la berenjena pueden ayudar a disminuir los niveles de colesterol”.
También indica que “También recuerda que “se ha detectado que la berenjena contiene cierta cantidad de un alcaloide tóxico llamado solanina, que aparece mucho más en las partes verdes de la planta y en los frutos poco maduros. Esta sustancia puede provocar migrañas y malestar estomacal”.
Sus propiedades hacen de la berenjena un alimento perfecto para luchar contra el cáncer, , las infecciones, el envejecimiento celular, virus y otras bacterias nocivas.
Pepino
El pepino es una fruta que pertenece a la misma familia que la calabaza y la sandía. Se trata de un producto fresco y rico en agua. Estamos hablando de un ingrediente que no puede faltar en una dieta de para adelgazar.
En él encontramos vitaminas del grupo B, muy importantes para ayudar el impulso nervioso y favorecer la salud celular. También contiene ácido fólico, vitamina C, calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio y zinc.
Por todos estos motivos, se trata de un alimento que recomienda consumir la Organización Mundial de la Salud. En un plato de 100 gramos de pepino nos comeremos 1,9 gramos de pepino.
