El regreso de Justin Timberlake ha sido un momento extraño en la música pop. El cantautor pop, que en los últimos años ha pasado de ser visto como el posible heredero de Michael Jackson, ese que Forbes le ha dejado a Bad Bunny, desapareció de los reflectores tras el fracaso comercial y crítico de su ‘Man of the Woods’ de 2018 y su menos que estelar presentación en el SuperBowl de ese mismo año. Su nombre apareció sólo como parte de la banda sonora de las dos películas de ‘Trolls’ y como villano en la autobiografía de Britney Spears.
Esto último pareció un golpe irreversible en su carrera. En el libro se recuerdan capítulos especialmente complicados de la relación que compartieron a principios de los 2000 las dos estrellas pop, y que incluyó el aborto del bebe del autor de ‘Sexy Back’ o ‘Mirrors’. Por tanto, el hecho de que intenté lanzar música nueva, y que no se haya quedado atorado en una lucrativa reunión de N’sync parece un sacrilegio de entrada.
Pero si el lanzamiento del primer sencillo del disco, ‘Selfish’ no ha servido para mover demasiado la aguja del éxito pop, y la crítica parece no haberle perdonado ni el escándalo del pezón de Janet Jackson ni las revelaciones del libro de Britney, incluso cuando ambas lo han hecho públicamente. No ayuda que el primer sencillo no sea necesariamente la mejor canción del artista, pero tampoco es, ni de cerca, uno de los peores y tras un año en que las grandes estrellas del pop anglosajón fueron, sobre todo, aburridos, no es necesariamente una pieza negativa en el panorama pop.
Pero también es verdad que ha aprovechado bien su primera tarima tras su regreso. Estuvo el fin de semana pasado en Saturday Night Live y, hay que decirlo, Justin Timberlake sigue siendo uno de los artistas a los que les es más fácil ser cool en una tarima. Rodeado de su banda, la presentación de ‘Selfish’ fue lo más cercano que ha tenido en estos 6 años a un regreso completo.
Aun así es la segunda canción que estrenó en el mítico programa neoyorkino: ‘Sanctified’. Junto al rapero Tobe Nwigwe el intérprete dejó salir la energía sexual que siempre ha hecho interesante y peligrosa su música, es posible que esta primera etapa de su regreso al mundo del pop hubiese empezado mejor si este fuese el primer sencillo en lugar de ‘Selfish’.
UNA CARRERA CLAVE EN EL POP MODERNO
Más allá de los dramas personales o del desastre del Super Bowl, no deja de ser verdad que es imposible entender el pop anglosajón de este siglo sin pasar por su trabajo junto a Timbaland y The Neptunes, el equipo de producción que dio a conocer a Pharrell Williams. Su primer disco como solista, ‘Justified’ de 2002, tiene ya un par de joyas con ‘Rock Your Body’ sirviendo como una declaración de intenciones y ‘Cry Me a River’ funcionando como el mejor himno de venganza jamás escrito.
Pero era solo el principio. ‘Future Sex/Love Sounds’ de 2006 es una aplanadora de sonidos que intenta calcular en clave de hip hop la misma sensación de peligro y sensualidad que Prince buscaba en ‘Controversy’ de 1981, no es casual que a este no le haya divertido ‘Sexy Back’, y ‘The 20/20 experience’ de 2013 es una mezcla de sonidos R&B, soul y pop tan bien construida que incluso los amantes del indie demasiado ‘cool’ para el pop se enamoraron de ‘Mirrors’ o ‘Suit & Tie’.
Parte de lo interesante de su regreso es que sus alumnos son de los artistas más populares del mundo. Harry Styles, Justin Bieber, The Weeknd y hasta la versión más sintetizada de Ed Sheeran le deben algo a Timberlake y otros nombres como Timbaland y Pharrell Williams construyeron sus carreras sobre las colaboraciones que hicieron con el ex-N’sync cuando estaba empezando su trayectoria solista.
‘EVERYTHING I THOUGHT IT WAS’ Y LA NUEVA ETAPA DE JUSTIN TIMBERLAKE
El disco de Justin Timberlake, ‘Everything I Thought It Was’, estará en plataformas el 15 de marzo. Habrá que esperar para saber cómo suena su nuevo lanzamiento, pero lo que parece evidente es que sigue dispuesto a experimentar en los límites del pop, y salga bien o mal, que también es posible, al menos es una estrella interesante.
Pero sería bueno que el éxito o el fracaso de Timberlake no venga de un error privado de hace más de 20 años, o de una controversia en redes sociales. Es cierto que aun viéndolo así, el artista parece haber elegido mal el primer sencillo de su gran regreso, pero al menos hay indicios de temas más interesantes tras esta primera probada.
