A lo largo de la historia, los tsunamis han demostrado ser una de las fuerzas naturales más devastadoras del planeta. Al contrario de lo que sucede con las olas comunes, que genera el viento, estos fenómenos tienen lugar como consecuencia de perturbaciones masivas que desplazan la columna de agua de forma vertical. Este es el caso de deslizamientos de tierra, terremotos submarinos o erupciones volcánicas, entre otros.
Este tipo de fenómenos crean olas que, en aguas profundas, viajan a velocidad que pueden alcanzar incluso los 800 km/h, con longitudes de onda de 100 a 200 kilómetros. Aunque al acercarse a la costa pierden velocidad, ganan altura y tienen un alto potencial destructivo.
4EN ALASKA UN TSUNAMI GENERÓ LA OLA MÁS ALTA DE LA HISTORIA

En el año 1958 tuvo lugar en Alaska. Fue el 9 de julio de 1958, cuando se produjo un terremoto en la bahía Lituya que desprendió 40 millones de metros cúbicos de roca desde 900 metros de altura. Al impactar con el fiordo, generó la que es la ola más alta de la historia, que alcanzó los 524 metros de altura.
El agua acabó a su paso con árboles de las laderas, barcos de pesca y todo aquello que encontró en su camino. Este megatsunami provocado por un deslizamiento, que es un riesgo que aún se encuentra presente en volcanes como el Cubre Vieja (Canarias), «solo» causó la muerte de cinco personas.