En pleno mes de agosto, con la agenda institucional en pausa, los reyes de España disfrutan de sus «vacaciones privadas». Como es habitual, después de su estancia pública en Palma de Mallorca, Felipe VI y la reina Letizia, junto a sus hijas, han abandonado brevemente el foco mediático para descansar en un destino que no ha sido revelado.
Sin embargo, lo que normalmente se presenta como una etapa discreta de su calendario veraniego, este año habría dado pie a un debate que ha ido más allá de lo anecdótico. La voz que lo habría encendido es la de María José Gómez y Verdú, experta en Casa Real, quien ha sacado a la luz una reflexión que pone el ojo en la figura del rey y en la estrategia comunicativa de la institución.
3Un verano con valor emocional añadido

La temporada actual no es menor para la Familia Real. Estas vacaciones de verano podrían marcar el fin de una etapa. Leonor está a punto de finalizar su formación militar, mientras que Sofía se prepara para iniciar su etapa universitaria en Lisboa. Los reyes están centrados en disfrutar de este tiempo junto a sus hijas antes de que cada una retome su formación.
Gómez y Verdú ha querido destacar este aspecto emocional y familiar de la siguiente manera. «Estas vacaciones tienen un matiz especial: son las últimas en las que la familia podrá pasar tiempo unida antes de que Leonor y Sofía retomen sus compromisos», explica. Esta perspectiva más personal agrega peso a su argumento: compartir una imagen en este momento no sería una cuestión de estrategia institucional, sino también de mostrar con naturalidad los procesos personales que vive la Familia Real y que son similares a los de cualquier ciudadano.
De hecho, la experta insiste en que una sola foto podría cumplir esa doble función. «No se trata de publicar un álbum vacacional, sino de compartir un gesto simbólico. Una imagen que hable por sí sola de unión, compromiso y modernidad», concluye.
El análisis de la experta, Gómez y Verdú, desvela una tensión que sigue vigente en la Casa Real: el equilibrio entre mantener la solemnidad de la institución y adaptarse a las formas de comunicación contemporáneas. La reina Letizia, es conocida por proteger con firmeza su vida privada y la de sus hijas. No obstante, el foco ahora se gira a Felipe VI, como figura central en esta reflexión. La experta no señala el derecho de los monarcas a tener vacaciones íntimas, sino el modo en que estas se comunican —o no— en un entorno donde la cercanía, incluso institucional, es importante.