El Atlético de Madrid afrontó el pasado verano con una fuerte inversión en fichajes que generaron grandes expectativas en la afición rojiblanca. Sin embargo, una temporada después, el rendimiento colectivo de las incorporaciones ha quedado lejos de lo deseado. A cada uno de los refuerzos se le puede achacar un «pero» que impide considerar su llegada como un éxito rotundo. El caso más llamativo es el de Julián Álvarez, quien se ha ganado el cariño del Metropolitano por sus actuaciones decisivas en Champions, pero que no ha tenido la misma regularidad ni impacto en LaLiga.
Lo mismo ocurre con Alexander Sorloth. El noruego ha demostrado su eficacia como revulsivo, con más goles saliendo desde el banquillo que como titular. Esto pone en duda la rentabilidad de los casi 40 millones de euros que el Atlético desembolsó por su fichaje, considerando que ha sido un jugador más útil en minutos residuales que en los partidos de inicio. Una inversión importante para un rol que no estaba en los planes iniciales del club ni del cuerpo técnico.

Problemas físicos, adaptación y roles poco definidos en el Atlético
Otro de los fichajes estrella del pasado verano fue Robin Le Normand. El internacional español llegaba para liderar la zaga, pero una grave lesión frenó en seco su progresión. Desde entonces, no ha logrado recuperar la titularidad con continuidad, a pesar de que en sus momentos de plenitud física dejó muy buenas sensaciones. En el Atlético confían en que, con una buena pretemporada, vuelva a ser el central dominante que destacaba en la Real Sociedad.
Por su parte, Connor Gallagher sigue siendo una incógnita. El centrocampista inglés no ha encontrado una posición clara dentro del esquema de Simeone, lo que le ha impedido asentarse con autoridad en el once inicial. Su esfuerzo es innegable, pero su impacto en el juego ha sido irregular. A esto se suma que su estilo dinámico y ofensivo aún no encaja del todo con el sistema defensivo que caracteriza al Atlético, lo que plantea dudas de cara al futuro.
Lenglet, la excepción que confirma la regla
Curiosamente, el fichaje que menos expectativas generó fue el que mejor rendimiento ha ofrecido: Clément Lenglet. El central francés llegó con muchas dudas tras sus últimas experiencias, pero acabó haciéndose con la titularidad tras la lesión de Le Normand. Aunque ha cometido errores puntuales, ha rendido a un nivel superior al esperado, demostrando solidez y liderazgo.
En definitiva, el balance del mercado estival del Atlético de Madrid deja un sabor agridulce. Si bien hay talento y momentos brillantes, los fichajes no han tenido la regularidad ni el impacto colectivo que se esperaba. La dirección deportiva tendrá que reflexionar de cara a la próxima temporada.