Hay noches que sirven para ganar un partido y noches que sirven para cambiar una carrera. Lo que Santi Aldama perpetró este pasado sábado ante los Washington Wizards pertenece, sin ninguna duda, a la segunda categoría.
En un baloncesto tan saturado de estadísticas como el de la NBA, alcanzar los 37 puntos y 10 rebotes no es solo una línea brillante en el boxscore; es un grito de guerra. Es la confirmación de que...