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Crítica de ‘Sin Huellas’: un cóctel molotov de puro entretenimiento

Esta crítica no contiene spoilers

Amazon Prime Video ha conseguido una de sus series del año. No exagero si digo que Sin Huellas, la nueva producción de la plataforma, lleva el sello de ser un éxito. Protagonizada por Carolina Yuste -ganadora de un premio Goya- y la mexicana Camila Sodi, la ficción logra convertirse en una mezcla de géneros y sentimientos que sí, dejan huella. La serie llega el próximo 17 de marzo a Prime Video con una extensión de 8 episodios de unos 40 minutos aproximadamente. Pero primero, ¿sabes de lo que va Sin Huellas?

Desi y Cata encuentran un cadáver en la mansión que acaban de limpiar. Horror. Pánico. Arroba policía. Un momento, ¿una gitana y una inmigrante mexicana han limpiado la escena de un crimen? Ellas son las perfectas culpables. Ahora tienen que escapar de la policía, pero también de unos sicarios rusos, una familia de millonarios y un exmarido con mariachis. A ver cómo salen de ese ‘fregao’.

Partiendo de esta premisa, ya os podéis imaginar que estamos ante una serie bizarra pero muy nuestra, marca España y de esas que pretenden llenar Twitter de memes -perdón, la Desi es mucha Desi-. La producción de Zeta Studios hace un cóctel molotov de todos esos elementos que funcionan gracias a la gran interpretación de sus protagonistas. Carolina Yuste (Desi) y Camila Sodi (Cata) logran hacer de sus personajes dos retratos atropellados por lo básico del humor pero que funciona a la perfección.

Sin Huellas: Una serie en la que todo género vale

Sin huellas - Tráiler Oficial | Prime Video España

Sin Huellas logra ser una comedia, un thriller, un drama y hasta un western alicantino. En la serie de Carlos de Pando (El Ministerio del tiempo) y Sara Antuña (La víctima número 8) creada junto a Gabi Ochoa (El amor no es lo que era) y Héctor Beltrán (El Acabose) todo vale. Es ese cóctel molotov del que hablábamos el que logra incendiar de risas y buen entretenimiento al espectador. No es fácil mezclar a una gitana, una inmigrante mexicana, una familia poderosa y a unos rusos matones y hacer con ellos todo lo que pasa por tu cabeza.

Y, es que, Sin Huellas, muy al principio, parece esa ficción que pretende contar algo muy básico con destino a quedarse a medios gas. Pero el verdadero potencial de la ficción es el alma de su reparto y de cómo cada uno de los actores arraiga un papel que convierten en toda una delicia. Ya no solo Carolina Yuste y Camila Sodi, que están pletóricas y a un nivel estratosférico, también Silvia Alonso (Hasta que la boda nos separe), Borja Luna (Las chicas del cable), Álex Gadea (Toy Boy), Adrian Grösser (Hache), Adriana Torrebejano (Historias para no dormir), Leonardo Ortizgris (Güeros) y Pastora Vega (Velvet), que completan el elenco.

El puro entretenimiento que deja Sin Huellas bien puede hacer levantar de la cama a más de uno. El humor recurre al chiste fácil pero de una forma excepcional. La ficción se convierte por momentos en una tragicomedia en la que Carolina Yuste se sale de esfera junto a Camila Sodi. Para luego hacer de los rusos, la corrupción y el dinero ‘fácil’ todo un western alicantino de pura lucha entre dos claros bandos: los que corren y los que esperan -con tiros de por medio, claro-. Alicante se presta a ello y ofrece paisajes fotográficos que te sumergen si cabe aún más en la ficción.

Con Sin Huellas te ríes de lo absurdo, te emocionas y hasta sientes la tensión, y todo en un marco de pura realidad. Pues la ficción coge los problemas reales de la sociedad como la inmigración, la discriminación, la pobreza, el problema de la vivienda e incluso el de las Kellys y lo lleva a un guion ganador. Aunque, el premio más grande sería que a la audiencia le entusiasme tanto esta serie como lo ha hecho al Diario Qué! y que, por consiguiente, llegue una esperada segunda temporada a Prime Video. Nosotros también queremos, como dice Desi darle «caña al pijo».