La gran mayoría de las personas que toman conciencia sobre el daño que ocasiona el tabaco en el organismo, saben que al dejarlo se enfrentarán a un proceso muy incómodo pero que valdrá la pena, dado los beneficios que trae el abandonar este hábito.
Ya en muchas páginas o blogs ha sido descrito lo que pasa tras una semana sin fumar; y estudiosos han propuesto una serie de fases para explicar mejor esta situación; así que veamos qué es lo que sucede con detalles, por eso existen hasta trucos para cortar con el cigarrillo.
Importantes estudios avalados por universidades muy reconocidas como la Universidad de Navarra, muestran estas etapas que deberíamos conocer; y describen, desde la fase en la que aún no se ha tomado con firmeza la decisión de dejar el tabaco, hasta en las que ya se ha dejado y existe el problema de la recaída; lo cual es muy frecuente.
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Dejar el tabaco
Hasta la OMS lanza campaña para ayudar a millones de personas a dejar el tabaco. Partamos de que los efectos al dejar de fumar o dejar el hábito del tabaco, están catalogados tanto como psicológicos como fisiológicos; esto es normal que así sea, pues es una sustancia química que el cuerpo recibe y que genera efectos en ambas áreas; al dejarla de recibir, el organismo muestra lo que llamamos efectos por abstinencia.
Son más evidentes durante los primeros días y van disminuyendo a lo largo de las semanas siguientes; pero hay que acentuar, que luego, queda, y en forma permanente, lo que llamamos dependencia al hábito; que es la necesidad de consumir la sustancia habitual en determinadas situaciones de la vida.
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Pero son efectos pasajeros
La nicotina, que es la sustancia que en el tabaco produce la dependencia, no produce efectos por su falta de forma muy duradera.
Y aunque al principio éstos pueden ser muy molestos, no suponen un riesgo para la salud; así que es posible que se sufra de irritabilidad, ansiedad, aumento del apetito, desánimo y trastornos del sueño, pero no por tiempo prolongado; y es algo que a la larga será muy beneficioso para la salud.
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Efectos físicos al dejar el tabaco
Los efectos se inician a los pocos minutos de dejarlo; y consisten en una disminución de la presión arterial y del ritmo cardíaco, que se manifiesta con un mejor nivel de lucidez y ánimo, pues ya a las pocas horas hay descenso de los niveles de monóxido de carbono en la sangre y aumento del nivel del oxígeno, gracias a que entra el aire en forma más pura.
Pasados 2 a 3 días hay una normalización en los sentidos del gusto y del olfato; el mal aliento desaparece al igual que el olor en la transpiración y en la ropa; igual el color amarillento de los dedos y uñas; y conjuntamente la persona comienza a mostrar una evidente mejoría en sus funciones corporales e incluso en su economía.
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¿Cuáles son los síntomas de la abstinencia?
Tan solo son dos horas que la nicotina de un cigarrillo o tabaco permanece en sangre; ese es el tiempo para que pida más el organismo; así que los síntomas de irritabilidad, ansiedad, insomnio y otros que ya nombramos, aparecen a las dos horas; esto alcanza una intensidad máxima a las 24 a 48 horas.
Y es lo que ocasiona el fracaso de los intentos por dejar el hábito; y todo estos efectos fuertes se observan prácticamente tras una semana sin fumar.
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Fases propuestas para entender el abandono al consumo
Uno deja de ser un fumador al atravesar unas fases que han sido muy bien definidas por estudiosos de la conducta; y que como dijimos, avaladas por universidades serias y de gran prestigio; un proceso que consta de cuatro fases; una de precontemplación, donde se sabe que hay que dejar el hábito pero que no se hace nada por hacerlo.
Una fase de contemplación, en la que hay antes intentos por dejarlo pero que han fracasado; piensan dejarlo definitivamente pero que no se deciden a poner una fecha para hacerlo; otra fase es la de preparación, donde los fumadores están dispuestos a dejarlo seriamente en 15 a 30 días; y los que están en fase de acción, que son los exfumadores; pero que tienen menos de 6 meses de haberlo dejado y tienen grandes posibilidades de recaídas.
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La precontemplación
Es la fase en la que están del 30 al 35% de los fumadores, y aquí, ni siquiera se plantean la posibilidad de dejarlo.
Las posibilidades de los daños posteriores que hace el hábito, no parecen tener el menor peso en ellos.
La contemplación
Entre el 60 y el 70% de las personas que fuman, gracias a tantos programas de concientización a nivel mundial exponiendo las consecuencias del hábito del tabaco, han intentado dejarlo y han fallado.
Y así, en cada intento se han visto sufrir una serie de dificultades psíquicas y físicas que los mantienen desesperanzados y con frustración ante la posibilidad de intentarlo de nuevo.
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La preparación
Aquí se encuentran del 5 al 10% de todos los fumadores; ellos son los que tienen disposición seria a dejar el hábito y hacen el intento, y se ponen un día como meta para dejarlo, por decir, en un mes.
La acción y el mantenimiento
La fase de acción se refiere aquellos fumadores que llevan sin fumar menos de seis meses; una fase peligrosa donde las recaídas o posibilidades de recaídas son bastantes frecuentes; pero ya cuando se pasa el umbral de los 6 meses, se ha visto que las recaídas disminuyen drásticamente, y decimos que está en fase de mantenimiento.
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¿Qué hay de la ayuda médica y la psicológica?
Son excelentes recursos que muchos, si pudieran a niveles económicos, la utilizarían; están indicadas sobre todo en las fases de acción y mantenimiento, ya que son las primeras semanas las que más fuertes para el cambio, como en todo.
Estas van a estar dirigidas al ejercicio, dieta sana, paseos; con la finalidad de atacar fuertemente a la ansiedad y las ganas hacia el tabaco.
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Recomendaciones finales
Reforzar el conocimiento de que al dejar de fumar sufrirás efectos, que si bien son algo fuertes, son por demás transitorios; hará que prevalezca el empeño y la persistencia en el objetivo; porque ya a los minutos de dejarlo hay muchos efectos positivos, y son sobre estos que hay que hacer hincapié.
Es decir, alejar al cáncer y a las enfermedades terminales como las respiratorias que produce el tabaco, debe entenderse como algo que simplemente, no tiene precio.
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