Ayuso agradece los «múltiples gestos» de apoyo de estos días pero reitera que su compromiso es con Madrid

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha agradecido este lunes los «múltiples gestos de cariño» recibidos estos días, tras estallar la guerra interna con la Dirección Nacional del PP, pero ha reiterado que su «compromiso» está y seguirá en Madrid.

Así lo ha manifestado en su intervención en la inauguración de la biblioteca Princesa Leonor, en Boadilla del Monte, donde ha sido recibida con aplausos y vítores de militantes que se han agrupado a las puertas.

«Los madrileños de izquierda a derecha, incluso gente que nunca había votado antes, me dieron su confianza hace menos de un año, el 4 de mayo, por todos ellos la vida en la Comunidad de Madrid va a seguir con normalidad», ha subrayado, al tiempo que ha garantizado que su Gobierno no dejará «ni un solo momento de atender a sus responsabilidad» y ha prometido que hará todo lo que esté en su mano para que «el ritmo no decaiga».

Ante el «cruel ataque político» que está sufriendo, donde se le ha negado «la presunción de inocencia» y donde se ha pretendido implicarla «en corrupciones y malas prácticas», ha agradecido el apoyo de la gente pero ha incidido en que no se trata de que le den su confianza por cariño sino que se trata de que se compruebe que lo que dice es cierto.

«Con lo bien que vamos en Madrid, qué pena es tener que soportar ahora mismo esta situación. Yo quiero que los madrileños confíen en la ilusión y en la recuperación que ya se siente en toda la región, que sigue creciendo y creciendo», ha remarcado.

DAÑO A SU IMAGEN

La jefa del Ejecutivo autonómico ha incidido en que esta situación «no es nueva» y que ya han intentado «dañar» su imagen «ante distintas instancias en decenas de ocasiones» aunque «sin éxito». «Asumirlo sin desatender mis obligaciones requiere de un gran esfuerzo pero no puedo dejar de trabajar un solo día en mis tareas como presidenta», ha remarcado.

En este punto, ha declarado que la han atacado a ella y a la «honorabilidad» de su Gobierno, lo que considera «parte de los sinsabores de la política», pero lo peor del asunto es, a su parecer, que si se siguen recurriendo a este tipo de prácticas nadie con prestigio va a querer trabajar en política «porque se destrozan familias sin pruebas» y las empresas no van a querer colaborar con las instituciones «si su anonimato se pone en tela de juicio» y si se daña su reputación «sin piedad».