Siempre imaginamos a la naturaleza como algo inocente, algo que necesitamos defender y proteger, ante toda amenaza existente. Lo que no nos hemos detenido a pensar, es que la naturaleza es intrínsecamente salvaje, y sin duda, utilizará todas las herramientas, para protegerse. Ese salvajismo nos puede mostrar una cara muy terrorífica de la naturaleza.
Sí, la naturaleza, comparada con nosotros, también es espeluznante y terrorífica. Pero, ¿nosotros no somos también parte de la naturaleza? Así es, lo somos, por lo tanto no debería sorprendernos. ¿O es que no somos naturalmente salvajes y terroríficos? No lo sabemos, y por ahora no hay forma de saberlo. Así que, solo nos queda apreciar las espeluznantes imágenes que la naturaleza, incluyendo solamente lo que aquellos seres que no sean humanos, tienen para ofrecernos.
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2La naturaleza es cruel, de eso no hay duda
Si confiábamos que la naturaleza era bondadosa, que las manadas de animales nunca se traicionaban entre sí, debemos ir cambiando de opinión, pues no es así. La naturaleza solo le permite la supervivencia al más fuerte, y en muchos casos, el más fuerte no es un solo individuo. Generalmente, el más fuerte son grandes cantidades de animales.
El hipopótamo que en esta imagen vemos, está herido. Podemos verlo, las fuertes laceraciones son producto de fuertes mordiscos y zarpazos de otros seres vivos. La naturaleza es cruel, es terrorífica, no siempre es el bondadoso ecosistema que todos imaginamos, pues no pudo evitar que un pobre y único animal, haya sido atacado de semejante forma por propia su manada.
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