2El efecto de la Superliga europea: al alcance de unos pocos, aumentando las diferencias con el resto, y dejando a las ligas domésticas como marginales
La amenaza de ruptura en la unidad del fútbol ha provocado que incluso el presidente francés, Emmanuel Macron, y miembros del Gobierno inglés se posicionaran a lo largo de estos dos últimos días, como han hecho en otras ocasiones, en contra de la Superliga. Todo, al mismo tiempo que a favor de las medidas que puedan adoptar tanto la UEFA como la FIFA contra los clubes que decidan sumarse a un proyecto que, según sus promotores, generaría unos ingresos mínimos de 350 millones de euros para equipo y que echaría a andar en 2022.
Con todo, cabe resaltar que, a pesar de que se ha unido por el momento 12 equipos como fundadores, que serían parte de los más grandes de Europa, como otros gigantes como el PSG o Bayern de Múnich han rechazado la propuesta. De hecho, las ligas alemana y francesa se han posicionado en contra de entrar en esta Superliga europea de Florentino Pérez.
El motivo no es otro que porque esta formación sólo estaría al alcance de unos pocos, algo que va en sentido contrario de lo que ha sido el fútbol de siempre. Algunos fondos de inversión auspician esa nueva competición que multiplicaría los repartos económicos de dichos grandes clubes, aumentando las diferencias con el resto y dejando las ligas domésticas como marginales frente a una competición llamada a capitalizar los derechos televisivos, el marketing y el ticketing de dichos clubes.





