Por qué los perros te entienden menos de lo que crees

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El 10 de diciembre se celebra el Día Internacional de los Derechos Humanos, pero también desde 1997 se celebra por parte de diversas organizaciones y asociaciones de protección animal el Día Internacional de los Derechos de los Animales. Se trata de una forma de reivindicar la igualdad entre animales y humanos y de la necesidad de cuidar por igual del bienestar y de los derechos de ambos. No obstante, muchos no estarán muy de acuerdo en esta igualación entre animales y humanos. Por más que se digan cosas como que “el perro es el mejor amigo del hombre”, hay mucho por analizar y que aclarar en estas cuestiones, y muchos científicos trabajando en ellos.

¿Hasta qué punto, por ejemplo, es posible la empatía entre animales y humanos?, ¿existe la comunicación entre unos y otros, o es una simple ilusión del humano que se cree que está comunicándose con un animal? Unas preguntas fascinantes, sin duda, para las que no hay todavía una respuesta clara y consensuada. Un reciente estudio de un grupo de investigadores húngaros, por ejemplo, cuestiona que los perros nos entiendan tanto como nos gustaría.

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Medir la actividad cerebral de los perros

perros

Para probar su teoría, la investigadora que dirigió este estudio, Lilla Magyari, y su equipo crearon un procedimiento para medir la actividad eléctrica de los cerebros de los perros mientras estaban despiertos. Utilizaron la técnica del electroencefalograma, un método muy común en humanos, pero que en los perros solo suele utilizarse cuando estos están dormidos. Este es uno de los pocos estudios en lo que se aplica esta técnica con perros despiertos. 

Los perros que participaron en el experimento fueron situados en un lugar cómodo junto a sus dueños. Una vez que estuvieron relajados, los investigadores les colocaron sobre la cabeza unos electrodos no invasivos para poder medir su actividad cerebral. Una vez que estos estuvieron colocados en su sitio, cada perro fue escuchando una serie de grabaciones en las cuales se decían palabras como “sit” y otras que pudiesen formar parte de su repertorio o que hayan oído con asiduidad.