La hija del magistrado del TC investigado por maltrato a su mujer exculpa a su padre

La hija de Fernando Valdés, magistrado del Tribunal Constitucional (TC) investigado por presunto maltrato a su mujer, ha declarado este miércoles ante el Tribunal Supremo para exculpar a su padre, asegurando que «jamás» se ha producido agresión alguna.

La hija, que ha comparecido en calidad de testigo, no presenció el incidente que dio lugar a la detención de su padre el pasado 11 de agosto en la vivienda familiar del municipio madrileño de Majadahonda.

Según han contado a Europa Press fuentes conocedoras de la declaración, ella llegó a la casa sin saber qué estaba pasando. Al ver varios agentes dentro se alarmó porque pensó que podía tratarse de una urgencia médica, ya que la salud de su padre es delicada, razón por la cual ella se mudó a la vivienda familiar en marzo.

Durante su declaración, que ha durado cerca de una hora, ha asegurado que en su familia «jamás» se ha dado un episodio de maltrato, enfatizando que ni su padre lo haría ni su madre y los hijos del matrimonio lo consentirían.

Además, como ya hicieran sus padres en su comparecencia del pasado 1 de octubre, ha enmarcado el incidente en una discusión de pareja que se habría sacado de contexto por parte de las personas que denunciaron.

También ha declarado como testigo el guardia civil que estuvo con Valdés en el hospital al que fue trasladado tras los hechos. De acuerdo con las mismas fuentes, el agente ha explicado que se decidió que pasara la noche ingresado porque su estado de salud no era bueno, requería un tratamiento a base de oxígeno y en el calabozo no podían dárselo.

El guardia civil ha contado asimismo que estando Valdés ingresado se acercó a él para preguntarle si era magistrado del TC -inicialmente se había identificado como profesor-, algo que él confirmó, por lo que la decisión de detenerlo se habría tomado sin saber quién era.

El 1 de octubre ya declararon Valdés y su mujer, que al igual que la hija afirmaron que hubo una discusión de pareja negando de forma «categórica» una agresión; los dos jóvenes que presenciaron el incidente y dieron el aviso a las autoridades; el médico del SUMMA que acudió al lugar; y cuatro guardias civiles y cuatro policías locales.

APARTADO DEL TC POR SU SALUD

La citación de Valdés en el Supremo llegó después de que el magistrado solicitara acogerse a una baja por motivos de salud que le apartará temporalmente de las deliberaciones del TC, ya que en dicho momento se encontraba ingresado en un hospital de Madrid.

Valdés, magistrado del TC desde 2012 a propuesta del PSOE para un mandato que ya ha caducado, fue arrestado después de que unos vecinos llamaran a la Guardia Civil tras escuchar una fuerte discusión con su mujer en el interior de la casa. Según ellos, cuando les abrió la puerta estaba visiblemente nervioso, algo que la familia achaca a su medicación.

Estuvo detenido unas horas pero finalmente la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 7 de Majadahonda acordó su puesta en libertad sin fianza tras valorar la salud y la edad de Valdés, de 75 años, y en el contexto de la pandemia de coronavirus.

Aunque inicialmente el asunto recayó sobre este juzgado de Majadahonda, especializado en Violencia Sobre la Mujer, el magistrado está aforado ante el Tribunal Supremo, de modo que la Sala Segunda (de lo Penal) del alto tribunal es la única que puede investigarle.

«BASE INDICIARIA SUFICIENTE»

El pasado 15 de septiembre, la Sala Segunda abrió una causa penal a Valdés al apreciar indicios de la comisión de los delitos de maltrato recogidos en los artículos 153.1 y 153.3 del Código Penal, misma posición adoptada por el juzgado de Majadahonda y la Fiscalía.

A criterio de dicha Sala, las declaraciones de dos testigos y la de un agente, a pesar de las del propio Valdés y su esposa, «conforman una base indiciaria suficiente para descartar en este momento cualquier decisión diferente a la incoación de diligencias» para esclarecer los hechos.

Además de los interrogatorios a Valdés, su mujer y los testigos, entre las pruebas a practicar por el Supremo estaría un informe pericial sobre los efectos en el magistrado de la medicación que toma por la enfermedad que padece.

Las fuentes presentes en la declaración del 1 de octubre han señalado que estos efectos no se relacionan en modo alguno con una situación violenta o de agresión, si bien reconocen que el estado de nerviosismo que pudieron ver los testigos cuando el magistrado les abrió la puerta puede deberse a dicha medicación.

El Tribunal Constitucional ya ha salido de manera oficial en defensa del magistrado y ha apelado a respetar el derecho fundamental a la presunción de inocencia «mientras continúe el procedimiento judicial en curso».