El truco para hacer unos boquerones fritos jugosos y crujientes

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Los boquerones fritos son todo un clásico, ya sea para pedirlos como ración cuando se picotea fuera, o para prepararlos en casa. Pero en este último caso no siempre tienen por qué quedar como nos gustaría. Freír boquerones puede parecer sencillo, y lo es, pero hay algunos trucos que pueden ayudar a que se conviertan en un auténtico triunfo siempre.

En este artículo te detallamos todos los pasos para que te queden incluso mejor que cuando los comes en un bar.

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Los boquerones fritos, siempre frescos

Los boquerones fritos perfectos son aquellos que quedan crujientes y deliciosos por fuera, pero jugosos por dentro, como sucede con la mayoría de alimentos rebozados. Para conseguirlo, qué duda cabe, lo primero es contar con un pescado fresco y de calidad. Algo importantísimo para este plato. ¿Cómo comprobar que unos boquerones son realmente frescos? Sencillo: hay que fijarse en varias cosas. Por ejemplo, en los ojos, que resulten transparentes, en la piel, que se vea con tonos claros y no oscuros (puesto que esto último es sinónimo de que hace tiempo que salieron del mar) y que huelan a mar.

El tiempo recomendable para cocinar unos boquerones después de haberlos comprado es de veinticuatro horas. De cuarenta y ocho, como mucho, si se ha tenido la suerte de comprarlos fresquísimos. Otra opción, claro, es congelarlos.

 

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