Quienes seguimos a Leiva desde aquellos años de ruido y furgoneta con Pereza, sabemos que detrás de su estética de rockero flaco y sombrero de ala ancha siempre ha habido un hermetismo casi sagrado. José Miguel Conejo Torres nunca ha sido de los que venden su intimidad en cómodos plazos; su vida siempre ha estado blindada por una timidez que a veces raya en la ansiedad.
Por eso, el estreno de 'Hasta que me quede sin voz', que llegó este 23 de diciembre a Movistar Plus+, no es un documental musical más. Es, probablemente, el acto de generosidad más grande de su carrera.
LEIVA, EL HOMBRE QUE SOBREVIVIÓ A SUS PROPIAS SOMBRAS
Como fan, reconozco que ver a Miguel abrir las puertas de su casa, de su habitación y, sobre todo, de sus miedos, genera una sensación extraña entre el respeto y la fascinación. El proyecto, dirigido por sus amigos Mario Forniés y Lucas Nolla, huye del formato clásico de 'busto parlante' para convertirse en un metraje dinámico, casi frenético, que condensa 25 años de trayectoria en una hora y media de pura verdad.
El documental no esquiva los temas que siempre han flotado como fantasmas en los foros de fans: la separación de Pereza, aquel accidente infantil que cambió su forma de ver el mundo o su relación con el alcohol. Sobre la ruptura con Rubén, el metraje arroja una luz necesaria y sanadora; no busca culpables, sino que explica el agotamiento de una fórmula que, para seguir siendo honesta, debía romperse.
Es emocionante ver cómo la cámara captura ese respeto mutuo que sobrevive a pesar del tiempo y de los caminos separados. Pero si algo hiela la sangre es escucharle hablar de su voz. "Tengo una lesión que no es irreversible", confiesa con una honestidad que duele. Verle someterse a operaciones y tratamientos para poder seguir dándonos canciones es un recordatorio de que ese brillo que vemos sobre el escenario tiene un precio físico y mental altísimo.
SEISCIENTAS HORAS DE INTIMIDAD 'NINJA' EN MOVISTAR PLUS
La magia de este trabajo reside en su origen. No hay cámaras de cine de última generación ni focos cegadores. Durante dos años, su círculo más íntimo -pareja, amigos y equipo- grabó a Miguel con lo que tenían a mano: móviles, cámaras domésticas o cualquier lente que pudiera captar el momento. El resultado son más de 600 horas de metraje que los directores han pulido como diamantes en bruto.
"Nos convertimos en ninjas", explican los creadores. Y se nota. Hay momentos en los que Leiva parece olvidar que está siendo grabado, permitiéndonos entrar en su proceso de composición o en el silencio absoluto de la montaña, donde se refugia cuando el ruido de la industria -esa voracidad de sacar música cada tres semanas para no ser olvidado- le desborda. Como seguidor, emociona ver ese contraste entre el Leiva que llena estadios en la gira Gigante y el Miguel que se pelea con sus "voces fantasmas" en la soledad de su estudio. El documental se convierte así en una crítica silenciosa a la inmediatez de la era del streaming, reivindicando el oficio del músico que necesita aire, espacio y, a veces, un silencio absoluto para volver a encontrar la melodía.
UNA BANDA SONORA QUE ES PARTE DEL GUION
Musicalmente, el documental es una delicia que recorre desde clásicos como Lady Madrid o Vis a Vis hasta una canción inédita, homónima al documental, que Miguel fue componiendo durante el proceso de rodaje. La letra de este nuevo tema no es decorativa; es el hilo conductor que explica su lucha interna. "Siempre esas voces, esas voces fantasmas, me han desquiciado de más", reza la canción, desnudando esa ansiedad que el artista ha aprendido a domesticar a través de la música.
Para los que, como yo, sentimos que sus canciones han puesto banda sonora a nuestra vida, este documental es el cierre de un círculo. Es entender que el tipo que nos hace vibrar en el WiZink es un hombre vulnerable que, a pesar de las lesiones y el estrés, sigue eligiendo el camino del rock.
'Hasta que me quede sin voz' se estrena este martes 23 de diciembre. No es solo un regalo de Navidad para los "leivistas"; es una lección de supervivencia de un artista que ha decidido quedarse sin voz antes que dejar de ser honesto con lo que siente.
- Más información: Leiva en 'Gigante': 10 años con ansiedad y 20 de éxito.









