Ver un radar y clavar el freno es casi un acto reflejo. Da igual que el aviso lo dé una señal, Google Maps o el copiloto de turno, muchos conductores reaccionan igual. Reducen la velocidad de golpe, pasan el radar y, unos metros después, vuelven a acelerar como si nada.
Durante años, esa maniobra se ha vivido como un “truco” tolerado. Una picaresca más al volante. Pero la Dirección General de Tráfico (DGT) ha decidido ponerle fin y lo está haciendo con una estrategia silenciosa, poco conocida y muy efectiva. El resultado, cada vez más conductores se llevan no una, sino dos multas. Porque ahora no solo importa a qué velocidad pasas el radar. También cómo llegas hasta él.
Frenar de golpe ya no sale gratis

La DGT lleva tiempo avisándolo, frenar bruscamente sin motivo es peligroso. No es solo una cuestión de incomodidad, sino de seguridad vial. Las colisiones por alcance siguen siendo uno de los accidentes más frecuentes, y muchas se producen por este tipo de frenazos repentinos.
El problema es que esa costumbre se ha normalizado. Basta con circular por una autovía concurrida para verlo, un panel anuncia radar, varios coches clavan frenos y el efecto dominó está servido. Desde Tráfico consideran que esa reacción, lejos de prevenir accidentes, los provoca.
Por eso han empezado a sancionar no solo el exceso de velocidad, sino también la maniobra en sí. El Reglamento General de Circulación es claro, reducir considerablemente la velocidad sin causa justificada y de forma brusca puede suponer una infracción grave. Traducido, 200 euros de multa y hasta cuatro puntos menos en el carné, independientemente de si ibas rápido o no.
Así funcionan los radares antifrenazo (y por qué no los ves)

El nuevo sistema no se basa en un solo radar, sino en dos. Primero, un cinemómetro que mide la velocidad real del vehículo antes de que el conductor sepa que hay un control. Más adelante, el radar visible, el de siempre. Entre uno y otro, la DGT compara datos.
Si el coche circulaba claramente por encima del límite y, de repente, reduce de forma llamativa justo antes del radar, el sistema lo detecta. No se trata de una percepción subjetiva, es una medición objetiva de velocidad en dos puntos distintos, muy similar a un radar de tramo, pero sin señalizar.
A esto se suman los llamados radares en cascada. En lugar de colocarse antes, se instalan después del radar “oficial”. Muchos conductores pasan el control a la velocidad correcta y aceleran inmediatamente. Ahí es donde el segundo radar entra en juego. Resultado: multa por exceso de velocidad cuando ya creías haber “librado”.
La clave está en que estos dispositivos no se anuncian. No aparecen en paneles ni siempre figuran en las apps de navegación. La idea es sencilla, evitar que el conductor juegue al despiste y fomentar una conducción constante, no reactiva.
Multas dobles y conductores cansados del juego del radar

En la práctica, la sanción puede ser doble. Por un lado, la multa por exceso de velocidad, que puede llegar a 600 euros y la retirada de hasta seis puntos. Por otro, la sanción por frenada brusca sin justificación, otros 200 euros y cuatro puntos más. Todo en cuestión de segundos.
Las reacciones no se han hecho esperar. En redes sociales abundan los comentarios de conductores que se sienten “pillados” por algo que llevaban haciendo años. Algunos lo ven como afán recaudatorio; otros reconocen que el frenazo era peligroso, pero habitual. También están quienes admiten que dependían demasiado de Waze o Google Maps para conducir.
Desde la DGT, el mensaje es claro, no se persigue al conductor despistado, sino a una conducta concreta que genera riesgo. Pere Navarro lo ha repetido en varias ocasiones: respetar los límites solo en el punto exacto del radar no mejora la seguridad. Mantener una velocidad adecuada durante todo el trayecto, sí.
Al final, el truco se ha acabado. Frenar antes del radar ya no es sinónimo de librarse, sino de exponerse a una sanción mayor. Quizá la verdadera novedad no sea el sistema, sino el cambio de mentalidad que obliga a asumir: conducir con cabeza todo el tiempo, no solo cuando hay una cámara delante







