Las luces ya empiezan a colgarse en las calles y los escaparates se llenan de carteles de "se busca personal”. La campaña de Navidad vuelve a poner a prueba al mercado laboral español, este año con una paradoja evidente: las ofertas aumentan, pero muchos puestos siguen sin cubrirse.
Las previsiones de las principales empresas de trabajo temporal apuntan a un incremento moderado de la contratación respecto a 2024, en torno al 5%. Sin embargo, la dificultad para encontrar candidatos en algunos sectores amenaza con dejar vacantes abiertas en plena temporada alta.
EL EMPLEO NAVIDEÑO EN HOSTELERÍA Y COMERCIO CRECE UN 5%, PERO LAS EMPRESAS NO LLEGAN A CUBRIR TODOS LOS PUESTOS
Cómo de costumbre, el comercio minorista, la hostelería y la logística concentran la mayor parte de la demanda. Grandes cadenas de distribución, plataformas de venta online y empresas de paquetería refuerzan sus plantillas desde mediados de noviembre para hacer frente al pico de consumo que arranca con el Black Friday y se prolonga hasta Reyes.
Según portales de empleo como Indeed o Randstad, más del 40% de los contratos temporales que se firmarán en las próximas semanas estarán vinculados al comercio y al transporte de mercancías.

El perfil más buscado sigue siendo el de dependiente o vendedor, seguido por mozos de almacén, repartidores, camareros y personal de atención al cliente. La digitalización ha ampliado también el abanico de empleos vinculados al comercio electrónico: se demandan preparadores de pedidos, conductores con vehículo propio y operadores logísticos con conocimientos básicos de informática.
MÁS CONTRATOS, MENOS CANDIDATOS
Pero el repunte de la oferta no se traduce siempre en disponibilidad. El mercado arrastra un déficit estructural en algunos oficios que antes eran abundantes. En restauración, por ejemplo, las empresas se quejan de la falta de camareros y cocineros cualificados dispuestos a asumir jornadas partidas o festivas. En logística, escasean los conductores con carnet C y los carretilleros con experiencia. Y en el comercio, el relevo generacional se nota, pues cada vez menos jóvenes eligen trabajos de atención al público para cubrir campañas temporales.
Las causas son diversas. Por un lado, el empleo estacional se enfrenta a la competencia del trabajo remoto y los contratos indefinidos bonificados por la reforma laboral. Por otro, muchos trabajadores prefieren mantener subsidios o contratos parciales antes que aceptar empleos temporales con horarios intensivos. "Hay oferta, pero cuesta encontrar disponibilidad inmediata", admiten desde Adecco, que calcula que un 20% de las vacantes de la campaña pasada quedaron sin cubrir.
Aun así, la campaña navideña sigue siendo una oportunidad para miles de personas que buscan reincorporarse al mercado laboral. Los contratos suelen durar entre cuatro y seis semanas y, en algunos casos, se prolongan hasta las rebajas de enero. Para muchos jóvenes, supone su primera experiencia laboral; para otros, una fuente de ingresos complementaria o una puerta de entrada a un empleo estable.
LOS SALARIOS SIGUEN MOVERSE, TAMPOCO PARA NAVIDAD
Los salarios, sin embargo, apenas se han movido. El incremento de la contratación temporal no ha venido acompañado de una mejora retributiva. Los sueldos en comercio y hostelería se mantienen entre los 1.200 y 1.400 euros brutos al mes, mientras que en logística las remuneraciones varían según la jornada y la categoría profesional. Las empresas justifican esta contención en la moderación del consumo y en los márgenes ajustados del sector.
El otro factor que marcará la campaña es la competencia entre territorios. Madrid, Cataluña, la Comunidad Valenciana y Andalucía concentrarán casi el 60% de los nuevos contratos. En las zonas turísticas, la llegada de visitantes extranjeros y el tirón del consumo local impulsan la hostelería. En cambio, en las regiones más pequeñas o con menor actividad comercial, el repunte será más discreto.

Las previsiones económicas juegan a favor del empleo temporal. Esto, pues la inflación se ha estabilizado, el turismo mantiene su fortaleza y el consumo navideño se espera similar al del año pasado. Pero los expertos insisten en que el mercado laboral español sigue mostrando una fragilidad estructural: dependencia del trabajo estacional, escasez de perfiles cualificados y baja movilidad laboral.
Cuando en enero se apaguen las luces, muchos de esos empleos desaparecerán tan rápido como llegaron. Y, un año más, la campaña navideña dejará la misma sensación: sigue habiendo una abundancia de contratos, pero también de desequilibrios que ningún repunte puntual consigue resolver del todo.







