No es tu WiFi, es tu Chromecast: el ajuste que está ralentizando la red de toda tu casa y cómo solucionarlo en 60 segundos

El WiFi de tu casa va lento y no sabes por qué, pero la solución es más sencilla y rápida de lo que imaginas. El culpable podría ser el dispositivo más discreto que tienes conectado a tu televisor, debido a una configuración por defecto.

Tu Chromecast es, probablemente, una de las mejores compras tecnológicas que has hecho, pero también podría ser la razón secreta de que tu WiFi vaya a pedales. Llevas semanas notando que Netflix se para, que las videollamadas se cortan y que hasta navegar por internet se siente pesado. Reinicias el router una y otra vez, culpas a tu operadora y mueves los muebles buscando una mejor señal, sin saber que la respuesta podría estar en un pequeño aparato que apenas ves conectado detrás de la tele. ¿Y si te dijera que no es un fallo, sino una función?

Prepárate, porque lo que vas a descubrir te va a sorprender. No es tu conexión ni un vecino robándote la señal; es una configuración de tu reproductor multimedia pensada para hacerte la vida más fácil que, paradójicamente, está haciendo todo lo contrario. Se trata de un ajuste oculto a simple vista que provoca un auténtico atasco digital en tu hogar, pero la buena noticia es que tiene una solución insultantemente sencilla. Sigue leyendo, porque una configuración pensada para ser útil está saturando tu conexión sin que te des cuenta y estás a un minuto de arreglarlo.

¿POR QUÉ UN APARATO TAN PEQUEÑO CAUSA UN PROBLEMA TAN GRANDE?

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Imagina que tu Chromecast está constantemente gritando en una biblioteca silenciosa: «¡Eh, estoy aquí! ¿Alguien quiere enviarme algo?». Eso es, a grandes rasgos, lo que hace por defecto. Su objetivo es que cualquier persona en la misma red pueda enviar contenido al televisor de forma inmediata, sin complicaciones ni menús intermedios. Para lograrlo, este dispositivo está constantemente buscando otros aparatos para conectarse, emitiendo paquetes de datos sin descanso para anunciar su presencia a todos los móviles, tabletas y ordenadores de la casa.

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Este proceso, conocido en términos técnicos como multicast DNS, genera un ruido de fondo digital que no para nunca. Cada uno de tus dispositivos recibe esos «gritos» y, en muchos casos, responde, creando un diálogo incesante y completamente invisible para ti. Al final, este murmullo constante acaba congestionando el canal de tu WiFi, especialmente si tienes varios aparatos conectados. Es como una autopista con demasiados coches pequeños haciendo viajes cortos: genera un tráfico de red constante e innecesario que ralentiza todo lo demás que sí necesita velocidad.

EL CULPABLE SILENCIOSO: LAS NOTIFICACIONES DE CAST

Seguro que te has fijado: cuando alguien está usando el Chromecast para ver YouTube o HBO Max, a ti te aparece una notificación fija en tu móvil para controlar la reproducción, aunque no la hayas iniciado tú. Esta función es útil en un entorno familiar, pero tiene un coste oculto muy alto para tu red. Para que esa magia ocurra, todos los móviles y tabletas conectados a la misma red reciben un aviso para controlar la reproducción, lo que exige una comunicación permanente entre el dispositivo de Google y el resto de equipos.

Esa comunicación no es un simple mensaje de ida y vuelta, sino una conversación continua que se mantiene activa mientras dure la reproducción. Ahora multiplica eso por cada smartphone y tableta que haya en tu casa. El resultado es una tormenta perfecta de micro-paquetes de datos que saturan la red. Aunque no lo notes directamente, cada dispositivo está ‘hablando’ con el Chromecast y viceversa, creando un murmullo digital que congestiona el WiFi, afectando a la velocidad de navegación de todos los demás aparatos, incluso los que no tienen nada que ver con la tele.

MODO INVITADO, LA PUERTA ABIERTA A LA CONGESTIÓN DE RED

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El Modo Invitado es otra de esas ideas brillantes de Google con una ejecución problemática para el rendimiento de tu red. Permite que un amigo que viene a casa pueda enviar un vídeo a tu tele sin necesidad de que le des la contraseña de tu WiFi. Para ello, el Chromecast utiliza una combinación de ultrasonidos y balizas Bluetooth para ser descubierto por dispositivos cercanos. Suena a ciencia ficción, pero es otro factor que añade más leña al fuego de la congestión. Adivina qué implica esta función: más comunicación constante.

Aunque nunca lo uses, si el Modo Invitado está activado, tu pequeño aparato de streaming está permanentemente a la escucha, emitiendo señales para que cualquiera pueda encontrarlo. Es otra capa de «ruido» que se suma a la de las notificaciones de cast, especialmente en la saturada banda de 2,4 GHz, donde operan la mayoría de los routers y dispositivos del hogar. Puede que te parezca una función inofensiva, pero esta búsqueda activa contribuye a la saturación de la banda de 2,4 GHz, la más propensa a interferencias, restando ancho de banda a lo que de verdad importa.

LA SOLUCIÓN EN TU MANO: PASOS PARA RECUPERAR TU VELOCIDAD

Seamos sinceros, la madre del cordero es saber dónde tocar. Y en este caso, todo se resuelve desde la aplicación Google Home, el centro de mando de tu Chromecast y otros dispositivos inteligentes. No tienes que entrar en la configuración del router ni hacer nada complicado. El poder para devolverle la vida a tu WiFi está, literalmente, en la palma de tu mano. El proceso no te llevará más de 60 segundos y notarás la diferencia al instante, sobre todo si tienes muchos dispositivos conectados en casa.

Abre la app Google Home en tu móvil, busca tu Chromecast en la lista de dispositivos y pulsa sobre él. Luego, toca el icono del engranaje en la esquina superior derecha para acceder a los ajustes. Desliza hacia abajo hasta encontrar una opción llamada «Permitir que otros controlen el contenido enviado» o una descripción similar. Simplemente desactívala. Con este gesto, desactivando este simple interruptor cortas de raíz las notificaciones masivas y la mayor fuente de tráfico, liberando tu red de esa carga innecesaria. Para el Modo Invitado, búscalo en el mismo menú y desactívalo también.

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¿Y AHORA QUÉ? CÓMO MANTENER TU WIFI A SALVO DE TU PROPIO CHROMECAST

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Una vez aplicados los cambios, es buena idea reiniciar tu Chromecast para que se apliquen correctamente. Simplemente desconéctalo de la corriente, espera diez segundos y vuelve a enchufarlo. Este simple gesto sirve como un borrón y cuenta nueva. Además, si tienes otros dispositivos de Google en casa, como altavoces Nest o pantallas inteligentes, revisa su configuración en la app Google Home, ya que pueden tener activada la misma opción de control de contenido multimedia por defecto. Es mejor prevenir que curar, y es una buena práctica revisar la configuración de todos tus dispositivos inteligentes periódicamente.

Al final, la tecnología está para servirnos, no para darnos dolores de cabeza silenciosos. El hogar conectado es una maravilla, pero a veces su comodidad viene con una letra pequeña que afecta al rendimiento sin que nos demos cuenta. No se trata de demonizar ninguna función, sino de entenderla y decidir si el beneficio que nos aporta compensa el coste que tiene para nuestra red. Por suerte, en este caso, la solución es tan sencilla que es casi un crimen no aplicarla. Entender cómo funcionan nuestros aparatos nos devuelve el control sobre nuestro hogar digital, garantizando que un simple Chromecast no se convierta en el saboteador inesperado de nuestras noches de peli y manta.

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