Durante muchos años, Alexander Zverev fue uno de los tenistas más prometedores del momento. El alemán fue número 1 del mundo junior, así como uno de los jugadores más jóvenes en ganar un torneo Challenger en la historia (el torneo de Braunschweig de 2014).
Un currículum que, unido a su físico espectacular, con 1,98 metros de altura, le generó gran expectación desde muy joven. Su carta de presentación para el gran público llegó casi dos años después, en 2016. Es verdad que su nombre ya llevaba tiempo sonando, consiguiendo victorias de mérito aquí y allá.
Alexander Zverev sigue siendo uno de los grandes del tenis
Sin embargo, cuando un Zverev todavía adolescente venció a Roger Federer en las semifinales de Halle, el mundo definitivamente supo de él. Se trataba del primer teenager en ganar al suizo desde Andy Murray. Pese a que posteriormente perdería la final contra Florian Mayer, la comparación marcaba el listón.
Irrumpió muy joven y con inusitada fuerza, le tocó lidiar con un Big Three que puso coto a su eclosión meteórica, luchó con firmeza ante coetáneos y jugadores que llevaban ya tiempo en la élite, como Thiem, y ahora le toca asistir al surgimiento de dos nuevas estrellas que amenazan con opacar su etapa madura. Aún y así, Alexander Zverev se las ha arreglado para sumar dos títulos de Masters 1000 el pasado año y terminar como número 3 del mundo.

Hasta la fecha, el mejor año de su carrera ha sido 2021, en el que consiguió seis títulos oficiales. Entre ellos, el oro olímpico. Se trataba de un torneo en el que la máxima expectación se encontraba en saber si Novak Djokovic era capaz de completar el llamado Golden Slam, esto es ganar los cuatro grandes más el oro olímpico. Sin embargo, el serbio se dio de bruces en semifinales contra Zverev.
Una permanencia sin límite en la élite
Es preciso valorar la permanencia en la élite de un jugador que persigue con ahínco su sueño sin descuidar la consistencia y regularidad que tantos réditos ofrece. Prueba de ello son sus 24 títulos (con 14 finales perdidas), siendo 10 de ellos en Grandes Títulos, es decir, Masters 1000, ATP Finals y Juegos Olímpicos.
Como decimos, lo largo de su carrera, ha conseguido varios títulos importantes. Uno de sus logros más destacados es haber ganado el ATP Finals en 2018 y 2021, un torneo que reúne a los ocho mejores jugadores del año.
Además de sus logros individuales, Zverev ha representado a Alemania en la Copa Davis y en los Juegos Olímpicos. En Tokio 2020, ganó la medalla de oro en individuales, derrotando al serbio Novak Djokovic en las semifinales y al ruso Karen Khachanov en la final, un hito significativo en su carrera.
Djokovic y Alcaraz, sus grandes rivales
Y es que cuando los amantes de la raqueta buscan entre los jugadores a los sucesores de Federer, Nadal y Djokovic como maestros del tenis actual, Alexander Zverev siempre es uno de los grandes nombres que relucen.
El alemán, con 27 años, ha dejado de ser una mera promesa del tenis mundial para recoger, con honores y galones, el guante de ser una de las grandes firmezas del tenis, presente y futuro. Lo hace junto a Carlos Alcaraz y Jannik Sinner, las grandes bazas de este deporte.
Zverev posee 24 títulos y no ha estado lejos de alcanzar la cima del circuito. Sin embargo, su proyección inicial, cuando su perfil generaba unanimidad como siguiente fenómeno de la raqueta, ha quedado reducida a la de un gran jugador que hasta hoy no ha logrado hacerse con el número uno ni ganar un Grand Slam, condiciones sine qua non para pasar a la posteridad de este deporte.
Durante la disputa de Wimbledon, su exposición ha generado impacto porque, pese a que recientemente ya había hecho insinuado su disconformidad con el presente – «la gente se sorprende cuando gano un partido, pero sigo siendo el tres del mundo»-, es un interlocutor más bien hermético.