Especial 20 Aniversario

Álex Palou, el piloto más en forma del mundo

Álex Palou ya es, sin ningún tipo de duda, una leyenda del mundo del motor. Cuatro mundiales en tan solo cinco años. Dueño y señor de una IndyCar en la que se supera temporada tras temporada. El piloto catalán se coronó tras ser tercero en la carrera del pasado domingo Portland, Estados Unidos.

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Palou lo celebró por todo lo alto en un año en el que también consiguió la proeza de ser ganador en la mítica 500 millas de Indianápolis. Tras la carrera, el español se mostró muy agradecido con su equipo después de haber entrado de lleno en los libros de historia del automovilismo.

Álex Palou se supera a sí mismo: 4 veces campeón de la IndyCar, leyenda absoluta del motor

Álex Palou no se lo podía creer: «Es increíble, es una locura. No podría estar más feliz ahora mismo. Ha sido una temporada increíble. Cinco años con Ganassi, cuatro títulos«. «No tengo palabras para describir lo agradecido que me siento hacia todos en el equipo, especialmente a Chip, a los socios de la escudería, a todos los fans que nos han apoyado durante toda la temporada…», reconoció Palou en unas declaraciones para ‘Fox Sports’.

Tras la consecución de este Mundial, Álex Palou se sitúa, en el marcador histórico, como el tercer piloto con más campeonatos de la IndyCar. Solo le supera su compañero Scott Dixon, que tiene seis, y A.J.Foyt, que fue campeón siete veces.

El título que celebró en el International Raceway de Portland se precipitó después de su curso más dominante, en el que se ha impuesto en ocho rondas de 15 posibles, con un lustre especial en la victoria en las 500 Millas de Indianápolis.

Tres título consecutivos, y el tercer piloto con más campeonato en la historia de la IndyCar

Para su equipo, el Chip Ganassi, este es el 17º cetro de su historia. El podio conseguido en el trazado de Oregón, una prueba que ganó Will Power, combinado con los problemas mecánicos que sobrevinieron a Pato O’Ward, creó el colchón de puntos necesarios para abrochar el ejercicio dos eventos antes del final.

El triunfo es su obsesión. Y una cualidad innata. De las 14 citas disputadas en 2025 antes de la celebrada ayer en Portland, Álex Palou ya había sido el primero en cruzar la meta en ocho. Una barbaridad. Otra, mejor dicho.

La obsesión por el triunfo

Los aficionados estadounidenses a este deporte tan suyo no se acaban de explicar como aquel chaval llegado de tan lejos hace un lustro (2020) se puso al volante de uno de esos bólidos que vuelan a casi 400 km/h en óvalos de gravedad imposible y fue capaz de vencer en la tercera carrera que disputó.

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«Es muy loco. Esta ha sido una temporada extraordinaria. No soy capaz de describir lo agradecido que estoy a la escudería, a quienes nos apoyan y a todos los aficionados, tanto a los que nos siguen desde hace tiempo como a los nuevos», resumió el barcelonés, que quiso poner el foco en el trabajo coral de la estructura que le rodea, como elemento clave de su superioridad.

«El equipo ha marcado la diferencia, igual que Honda», añadió el piloto, que todavía tiene a su alcance la posibilidad de igualar el récord de diez triunfos en un mismo año, que comparten Foyt (1964) y Al Unser (1970).

Con el palmarés que acumula, el runrún que genera cada vez que se impone o se corona le asocia irremediablemente con un hipotético pase a la Fórmula 1 que, por el momento, no se ha dado. Lo más cerca que estuvo fue hace dos años, cuando llegó a un acuerdo con McLaren, que le colocó en la recámara de su división de F1. Pero todo acabó por los aires.

En la IndyCar, donde los coches son más igualados que en casi cualquier otra categoría de monoplazas y las banderas amarillas pueden cambiarlo todo en segundos, sostener un rendimiento estable es una rareza estadística. Álex Palou lo ha hecho tres años seguidos, y este 2025 ha añadido un cuarto título a un palmarés que ya pesa más que la copa que levantó en Portland.

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