Dulce, jugosa y profundamente refrescante, la sandía es la reina indiscutible del verano. Durante los meses más calurosos, se convierte en una compañera infaltable en hogares, picnics y mesas familiares de toda España. Pero no todas las sandías son iguales, y saber elegir una en su punto justo puede marcar la diferencia entre una experiencia deliciosa o una decepción insípida.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha compartido una guía completa para ayudarte a elegir la mejor sandía del supermercado o frutería. Basada en criterios sencillos, pero muy efectivos, esta serie de recomendaciones permite distinguir aquellas frutas que están maduras, frescas y listas para consumir, de otras que aún necesitan tiempo o ya han pasado su mejor momento.
2El pedúnculo: la conexión con su frescura original

Más allá de su aspecto exterior, uno de los elementos menos observados —pero más reveladores— de una sandía es su pedúnculo. Esta parte, que marca el lugar donde la fruta estaba unida a la planta, puede ofrecer pistas muy valiosas sobre su frescura.
La OCU recomienda elegir aquellas sandías cuyo pedúnculo aún conserva algo de humedad. Si está completamente seco o quebradizo, probablemente haya pasado demasiado tiempo desde que fue cosechada. Además, si al acercarse desprende un aroma fresco y vegetal, es una señal más que positiva.