Christian Mosquera se ha erigido en una pieza fundamental del Valencia CF y, paradójicamente, en uno de sus mayores activos económicos. Sin embargo, la incertidumbre rodea su futuro. A pesar del interés de numerosos equipos por el joven talento, el club che no termina de presentarle la prometida oferta de renovación, una situación alarmante si se considera que su contrato expira en junio de 2026, abriendo la puerta a una posible salida a coste cero.
Este dilema entre el valor deportivo y la gestión contractual está poniendo en jaque la continuidad de Mosquera en Mestalla. Mientras el Valencia CF se debate, otros clubes se mantienen al acecho. Uno de los interesados, el RB Leipzig, ha dado un paso atrás al considerar excesivo el precio fijado por el Valencia, lo que podría obligar al club a replantear su estrategia o arriesgarse a perder a uno de sus pilares sin recibir compensación alguna.

El alto precio de Mosquera y el retroceso del RB Leipzig
Christian Mosquera ha demostrado un rendimiento excepcional en el Valencia CF, lo que justifica el interés de grandes equipos europeos. El RB Leipzig, conocido por su ojo para el talento joven y su capacidad de inversión, se había posicionado como uno de los principales pretendientes. Sin embargo, el club alemán ha desistido de la opción de fichar a Mosquera al considerar que el precio de 30 millones de euros por el defensa es excesivo.
Esta valoración del RB Leipzig es crucial, sobre todo si se tiene en cuenta que el contrato de Mosquera expira en poco más de un año, en junio de 2026. La negativa del club alemán a pagar tal cantidad pone de manifiesto el riesgo que asume el Valencia CF al no rebajar sus pretensiones. Si no hay acuerdo para su renovación o un traspaso a un precio más razonable, la posibilidad de que Mosquera salga gratis el próximo verano se vuelve cada vez más real.
La pasividad condena al Valencia CF
La situación de Mosquera en el Valencia CF es un reflejo de una gestión contractual que genera incertidumbre. A pesar de ser una pieza clave y uno de los mayores activos del club, la prometida oferta de renovación no termina de llegar. Esta pasividad por parte de la directiva valencianista es un arma de doble filo. Por un lado, busca maximizar el precio de venta; por otro, corre el riesgo de perder al jugador sin obtener ningún beneficio económico.
Si el Valencia CF no actúa con celeridad, Mosquera podría negociar libremente con cualquier club a partir de enero de 2026, abriendo la puerta a su salida a coste cero. El tiempo apremia para el club che, que debe decidir si apuesta firmemente por la continuidad de Mosquera con una renovación acorde a su valor o si busca una venta en este mercado estival que le permita hacer caja y evitar un escenario mucho más desfavorable en el futuro.