Los conductores de Cabify, Uber y Bolt encaran la crucial negociación del convenio

El miércoles 10 de abril se continuarán las negociaciones entre las patronales y los sindicatos de las VTC de Madrid que decidirán el futuro de los conductores de Cabify, Uber y Bolt en la capital. La reunión ha mantenido en tensión el mercado de transporte de la capital, no solo por el riesgo de que se tomen medidas de protesta de parte de los conductores en caso de no llegar a un acuerdo, sino que si todo sale, como esperan los sindicatos, los sueldos mínimos en la comunidad autónoma pasarán a 18.000 euros al año.

Pero de momento es complicado dar una predicción sobre la reunión. La realidad de momento es que todo está en el aire a 5 días del encuentro. Desde los sindicatos siguen esperando la contrapropuesta de las patronales y estas informan que no pueden dar más información sobre la negociación hasta el miércoles. Cabify y Uber de momento no dan declaraciones, por su posición como plataforma no tienen lugar en las negociaciones y prefieren esperar con calma hasta que haya un desenlace, pero también estarán atentos al resultado de la reunión del miércoles.

Para los sindicatos, las reuniones previas no han sido demasiado positivas. Tanto CC. OO. como UGT o SLT, los tres sindicatos que representan a los trabajadores de VTC en la capital, señalan que la reunión pasada las patronales no llevaron una propuesta con los de comisiones obreras asegurando en distintos comunicados que esperan en esta segunda reunión, pautada originalmente para el primero de abril y atrasada 9 días a petición de las patronales para darse tiempo de revisar la propuesta presentada por los sindicatos. 

Además, juegan contra reloj. La posible aprobación de las licencias pendientes de Cabify puede cambiar de nuevo la ecuación, si se aprueban las 1.000 licencias que el supremo permitió a la comunidad volver a solicitar, o las 25.000 que la empresa espera se aprueben según Unauto, la situación puede cambiar complicando aún más las negociaciones. A esto se suma la ausencia de momento de las organizaciones que representan autónomos y pymes como Anacon VTC o Movea, que han dejado clara su disposición de impugnar el convenio, si no había una representación y no quedaban satisfechos con el resultado de las negociaciones. 

UN MOMENTO CLAVE PARA LAS VTC

Es además una negociación que ocurre en un momento en el que la situación de los trabajadores de las plataformas está cambiando en el continente. La reciente aprobación de un ‘reglamento europeo de trabajo en plataformas’ hace que el caso español, donde la ley rider, tiene años aplicándose, sea especialmente interesante para sus vecinos en situación similar. Que esta semana se revise el contrato de los trabajadores en una ciudad que ha buscado el equilibrio entre VTCs, transporte público y taxis, definitivamente puede obligar a otras comunidades de España, y a ciudades fuera del territorio ibérico, a revisar el convenio si se alcanza en las próximas semanas.

Además, aunque Madrid ha tenido que sortear dificultades de la CNMC la comunidad ha dejado claro que sigue interesada en aplicar un control de precios a estas aplicaciones. Es otra medida que puede modificar la realidad de este tipo de convenios, pues cambiará los datos de facturación de las empresas y conductores implicados en las negociaciones de sueldo. 

LOS SINDICATOS PUEDEN PONER EN PROBLEMAS A CABIFY, UBER Y BOLT

Se suma que por los comunicados y lo que se evidencia al hablar directamente con alguno de sus representantes, los sindicatos están dispuestos a tomar otro tipo de medidas. Ya en el último comunicado de CC.OO. se señalaba la disposición de llevar la protesta a la calle y fuentes internas han reportado a este medio que si los tres sindicatos se ponen de acuerdo incluso existe la posibilidad de una huelga, aunque para esta no existe una fecha puntual ni es probable que sea inmediatamente después de la reunión del 10 de abril. 

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Es otro punto que las patronales conocen de cara a la negociación, y aunque de momento han conseguido llevar la conversación de forma cordial, si la misma sigue estancada hay riesgos evidentes. Aun así, en cada conversación con este medio desde las patronales se muestran convencidos de que la negociación avanzará sin necesidad de este tipo de medidas y esperan que estos avances reduzcan las tensiones entre las dos partes en disputa. 

Al final, también es posible que el 10 de abril pase sin nuevas noticias. Pero la paciencia de ambas partes tiene un límite, y una nueva reunión que no avance en el nuevo convenio puede empeorar esta relación. De todos modos, la realidad es que estas negociaciones son siempre complicadas, pero claves tanto para los trabajadores como para el mercado de transporte madrileño.