Joe Biden juega a ser Rappel

El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, parece haber entrado de lleno en el conflicto armado entre Ucrania y Rusia. Y es que, ante los ataques que ha sufrido el gasoducto del Nord Stream, pocos han sido los que han olvidado las «proféticas» palabras del norteamericano.

Desde hace meses, la situación de conflicto bélico entre Rusia y Ucrania tiene atemorizado a gran parte del mundo. Y es que a la crudeza de la guerra que sucede entre ambos países, se le unen las consecuencias económicas de este conflicto a nivel internacional. Algo que preocupa especialmente con la llegada del frío, debido a la gran dependencia, especialmente de algunos países europeos, del gas ruso.

Situación ante la que, sin embargo, tanto los líderes nacionales, como las entidades supranacionales, han sido muy claras. El apoyo internacional está con Ucrania, siendo Rusia la gran perjudicada con este conflicto. Sobre todo, a nivel económico e internacional, ya que las restricciones y penalizaciones por la guerra comenzada por Vladimir Putin son cada vez más severas contra el país ruso y sus ciudadanos.

Restricciones que también se producían en Estados Unidos, donde Joe Biden no dudaba en cargar contra la violencia ejercida por su enemigo histórico, Rusia, contra el pueblo ucraniano. Una violencia que, tal y como aseguraba el presidente norteamericano, no quedaría impune.

JOE BIDEN, EL «VIDENTE» NORTEAMERICANO

En concreto, el presidente norteamericano no dudaba en lanzar una clara advertencia a Rusia y, en concreto, al presidente Vladimir Putin. Una advertencia en la que aseguraba que, de atacar a Ucrania, Rusia se quedaría sin uno de sus principales gasoductos, el Nord Stream 2.

«Si Rusia invade Ucrania, entonces ya no habrá un Nord Stream 2. Le pondremos fin» aseguraba el presidente norteamericano en rueda de prensa, donde una reportera preguntaba cómo exactamente llevaría a cabo su plan el presidente norteamericano. «Seremos capaces de hacerlo» prometía Joe Biden.

Una promesa que pronto se volvía profética. Y es que el gasoducto Nord Stream, que conecta Rusia con Alemania, sufría un «sabotaje temerario», tal y como apuntaba la OTAN. Un sabotaje que ha provocado una fuerte polémica política, a la vez que una fuerte preocupación por el invierno en parte de Europa, que podría tener problemas de suministro de gas.

LOS CULPABLES DEL «SABOTAJE», A EXAMEN

Mientras el NordStream sigue presentando preocupantes fugas, los investigadores internacionales han comenzado a estudiar las posibles razones por las que este gasoducto internacional puede estar teniendo fallos.

Un examen en el que ha quedado claro el sabotaje intencionado de estos tubos, siendo ya muchas las teorías de los distintos líderes internacionales con respecto a este sabotaje; en concreto, muchas de estas teorías apuntan al uso de drones con cargas explosivas, que habrían sido los responsables «técnicos» del ataque al gasoducto.

Ataque que, según las fuerzas de inteligencia alemanas, estaría dirigido por Rusia, único país «considerado para esto, especialmente, porque obtiene la mayor ventaja de este acto de sabotaje». Sin embargo, desde el Kremlin se ha querido señalar una vez más al Gobierno de Zelenski.

Eso sí, tampoco el presidente norteamericano parece haber quedado impune de estas sospechas. Y es que, tal y como apunta el diario ABC, desde Polonia se ha señalado a Joe Biden como el gran interesado en esta destrucción del Nord Stream. Una idea que también ha repetido, desde España, Juan Carlos Monedero.

Así pues, el fundador de Podemos no ha dudado en utilizar sus redes sociales para asegurar a sus seguidores que «todo apunta a que han sido los EEUU quienes han volado los gasoductos Nordstream 1 y 2».

«Biden lo advierte, su flota maniobra allí, un eurodiputado polaco lo celebra, y el gas licuado gringo se beneficia. EEUU va a arruinar a una Europa cada vez más insignificante» ha criticado Monedero. Unas palabras ante las que sólo queda esperar un nuevo «avistamiento mágico» por parte de Joe Biden, que podría marcar el futuro, no sólo del conflicto armado entre Ucrania y Rusia, sino también el futuro de millones de personas durante este frío invierno en el que el gas ruso brillará por su ausencia.