¿Te puedes imaginar un pueblo en el que estacionas el choche en territorio español y al abrir la puerta para bajarte del mismo estarás pisando territorio francés? Eso es precisamente lo que ocurre en la avenida Catalunya del pueblo de nombre El Perthús, que se ha convertido en uno delos sitios fronterizos más particulares del planeta.
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¿Cómo se demarcan los límites en las fronteras?
Lo más usual es que se empleen accidentes geográficos, como valles, mares, montañas o ríos para establecer las fronteras de los países. Pero esto no es lo que pasa en El Perthús, donde el límite geográfico entre España y Francia está delimitado por los bordillos de las aceras para los peatones, y por eso es que este pueblo es tan excepcional.
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¿Dónde se encuentra situado el pueblo El Perthús?
Este pueblo se trata de un núcleo urbano pequeño que se encuentra a unos pocos kilómetros de la población de Figueres. Y resulta que en la avenida Catalunya de esa localidad se da la extraña circunstancia de que en su parte occidental es territorio francés y pertenece al municipio del mismo nombre, El Perthús, mientras que la parte oriental de la misma avenida pertenece al Els Límits, municipio de La Jonquera, que es español, y es ideal para las tradiciones gastronómicas de Pasa Tapas catalanas.
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¿Cómo se llega al pueblo El Perthús?
Para ir hasta El Perthús debes partir de La Jonquera, en la carretera Nacional II, luego debes cruzar dos puestos de frontera que se encuentran ubicados permanentemente en territorio español. Pocos metros después, te encontrarás frente a una línea de forma discontinua que va a atravesar la calzada de modo diagonal, que es la que establece la demarcación territorial geográfica y administrativa del área.
SI sigues esta línea de demarcación, es posible llegar hasta el mojón de frontera que tiene el número 575, y partiendo desde allí, la demarcación territorial estará delimitada por un bordillo de acera que es lo que separa a España de Francia.
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¿Cuál es el nombre de la avenida en la que se encuentra ese bordillo en el pueblo?
Sólo que para los del lado francés se llama Avenue de France, mientras que para los del lado español se llama Avinguda de Catalunya. Es la misma calle, en el mismo pueblo, pero tiene dos nombres diferentes, pertenece a dos ayuntamientos que forman parte de dos países distintos. Toda un embrollo de jurisdicciones.
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¿Qué es la avenida Catalunya?
La avinguda Catalunya o Avenue de France, como prefieras llamarla, en realidad es un sector comercial de gran importancia, en especial para los franceses, porque es posible encontrar allí productos y artículos a un precio mucho más económico que en el resto del territorio francés. Es por ello que los establecimientos comerciales que están situados en la parte catalana de esa avenida son locales que han sido abiertos con la finalidad de abastecer la gran demanda de tabaco y de alcohol de sus clientes franceses.
Es muy curioso, porque en la sección española de esta avenida podremos contemplar tanto mobiliarios como elementos de urbanismo que son muy familiares para los españoles, como los buzones de Correos y las cabinas de Movistar, pero en la parte francesa de la avenida, que es sencillamente el otro extremo de la misma, los mismos elementos están rotulados con los nombres de los organismos y compañías homónimas, como La Poste y la France Télécom.
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Cosas curiosas de Perthús
Esta avenida tan particular tiene múltiples anécdotas que al conocerse no van a dejar indiferentes a los miles de individuos que se acercan y se interesan por su historia, sin importar cuál sea su origen. Por ejemplo, hay un árbol de plátano que crece en el propio bordillo que divide los territorios, y no es posible determinar a cuál país pertenece.
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Las multas por aparcamiento
Por esa razón, son muchos los que consideran que este árbol es el plátano internacional del pueblo de El Perthús. Cerca del mismo árbol se encuentran dos señales en las que se advierte en catalán y en francés que los tickets que se obtienen en la zona que es azul, que es territorio español, no tienen validez en la sección francesa y viceversa.
Se trata de algo que parecería obvio, por las características de este pueblo, si no fuera porque las máquinas expendedoras se encuentran prácticamente una al lado de la otra y las zonas de aparcamiento regulado apenas se separan por un espacio que sólo tiene unos seis metros, de modo que es muy fácil equivocarse y recibir una multa.
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La famosa farmacia
En la sección francesa de la avenida Catalunya existe una farmacia que se hizo muy popular hace unos pocos años para los ciudadanos del lado español, porque tenía entre sus existencias una vacuna de nombre Bexsero, que se usa para evitar el contagio de la meningitis B, que en la práctica difícilmente podría ser encontrada en España.
Debido a la cercanía con el territorio español, las ventas de esta farmacia se dispararon de una manera impresionante, al punto que resultó una solución para los clientes catalanes que no podían encontrarla en ningún distribuidor español.
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Ideal para la venta ambulante
Aunque hay dos jurisdicciones y dos cuerpos policiales en el mismo pueblo que pueden actuar en contra de los manteros y los vendedores ambulantes, éstos no se ponen de acuerdo, así que lo singular de esta avenida hace que esta actividad, que se considera una falta administrativa, no pueda ser perseguida y sancionada de la manera adecuada, ya que los agentes policiales no pueden cruzar la línea geográfica divisoria, pero los vendedores ambulantes sí.
En la práctica, los manteros ofrecen sus productos del lado español y cuando llegan los Mossos d’Esquadra, lo que tienen que hacer es levantar su mantel y dar unos pocos pasos, para quedar fuera del alcance de los mismos, así que los vendedores ambulantes y los que venden falsificaciones pueden seguir tranquilamente con su actividad, e incluso vender algún artículo en presencia de las autoridades policiales autonómicas del pueblo y éstos no pueden hacer nada.
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¿Cómo se originó esta demarcación tan singular?
Por supuesto que eso no fue lo que quisieron los que firmaron el Tratado de delimitación entre el Reino de España y el Imperio de Francia, en Bayona en el año 1866, a partir de las observaciones y modificaciones que se hicieron al Tratado de los Pirineos de 1659, donde quedó plasmado que la delimitación geográfica de este pueblo estaba demarcada por un arroyo llamado de la Condesa, ubicado al borde del camino que en aquellos tiempos atravesaba la zona, en donde hoy se encuentra la carretera N-II.
Muchos años después, el riachuelo del pueblo fue cubierto por la urbanización y el desarrollo, llegando a ser pavimentado, y a partir de allí, en los años 60, se construyó la avenida Catalunya, mitad española y mitad francesa.
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