Calabacín al ajillo: una receta de escándalo con un sabor de ’10’

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Para muchos, solo con escuchar la palabra calabacín les puede generar rechazo e, incluso, alguna que otra arcada. El mundo de los vegetales está en el ojo del huracán, ya sea por sus amantes cuya dieta consiste en ingerir este tipo de alimento o, por el contrario, por su retractores que no lo quieren ni ver acompañando un buen trozo de carne. La realidad es que los vegetales forman parte de nuestra gastronomía y hay infinidad de recetas que le dan mil vueltas a las proteínas. Para que te despojes de tus prejuicios y empieces a disfrutar con las verduras, te vamos a enseñar a preparar el mejor calabacín al ajillo.

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PRIMER PASO: CORTAR EL CALABACÍN

Antes de ponernos manos a la obra, tenemos que recordar que esta receta es muy sencilla y que no se necesita años de experiencia en la cocina o una estrella Michelin para cocinar un calabacín al ajillo de muerte. Lo primero que tenemos que hacer es cortar el calabacín. Antes de eso, hay que enjuagarlo debajo del grifo para retirar toda la suciedad que pueda tener la capa exterior. Si se quiere se puede retirar la piel. A continuación, cortamos el calabacín en trozos de unos 2 centímetros de grosor, para después cortarlos por la mitad.