Uno de los postres más deliciosos y populares en prácticamente todo el mundo es la mousse de chocolate. Nadie se puede resistir al sabor del chocolate, y la cosa mejora, si cabe, todavía más, con la suave y fundente textura de este postre, que se deshace en la boca de forma tan exquisita como elegante. Su nombre nos da una pista de su origen: efectivamente, las primeras noticias de la elaboración de la mousse se sitúan en Francia, en el año 1755. Por aquel entonces se hacía con clara de huevo montada, y se mencionaban tres sabores, chocolate, azafrán y café.
6MEZCLAR SUAVEMENTE
La forma de mezclar es importante para un resultado perfecto. Hay que hacerlo removiendo con delicadeza y movimientos envolventes para que no se pierda el aire de la nata durante el proceso de batido. Una vez mezclado todo, ya tenemos lista nuestra mousse. Solamente hay que repartirla en diferentes cuencos y guardar en la nevera un buen rato para servirla bien fría. Se puede decorar con virutas de chocolate, un poco de yogur griego, unas hojitas de menta o una pizca de nata montada.
