La AN estudia este jueves la extradición del británico acusado de hackear cuentas de Twitter de políticos y famosos

La Audiencia Nacional celebra este jueves la vista de extradición de James O’Connor, conocido como ‘PlugwalkJoe’, el ciudadano británico que fue detenido el pasado mes de julio en Estepona tras ser reclamado por Estados Unidos acusado de ‘hackear’ numerosas cuentas de Twitter, incluidas algunas pertenecientes a políticos, famosos y empresas.

Las acciones del joven hacker, de 23 años, estarían penadas en España con los delitos de descubrimiento y revelación de secretos y con uno de extorsión. Pero, además, O’Connor también es reclamado por el supuesto robo de bitcoins, por el que se le acusa de un delito de acceso ilícito a sistemas informáticos, estafa informática, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal.

De acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, el ‘hackeo’ habría comenzado en julio de 2020 y se habría dirigido contra las cuentas de Twitter de personajes de toda índole, entre ellas las del actual presidente norteamericano, Joe Biden, y la de su antecesor Barack Obama, así como las del magnate Bill Gates o las de Apple y Uber.

La Fiscalía, que interesa su extradición, explica que O’Connor conspiró ese mes para «operar una trama» que buscaba «intercambiar un acceso a cuentas de Twitter obtenido ilícitamente y sin autorización por pagos de criptomoneda». ‘PlugwalkJoe’ se asoció entonces con otras tres personas, con quienes vendió las mismas y lavó las ganancias a través de transacciones en línea de la divisa.

Desde estos perfiles ofrecía a los seguidores poder doblar el dinero que ingresaban en Bitcoins en una cuenta virtual, perpetrando con ello una estafa. El FBI inició entonces una investigación en la que participaron numerosos equipos como el Servicio Secreto de los Estados Unidos, autoridades de Reino Unido y la Policía Nacional, quien finalmente detuvo a O’Connor en su casa en la ciudad malagueña.

ACOSO A UNA JOVEN DE 16 AÑOS

Pero, además de su «papel en la intrusión informática de Twitter», O’Connor también estuvo «involucrado» en dos ataques informáticos a cuentas de redes sociales asociadas con dos figuras públicas, estando acusado igualmente de cometer «acoso cibernético contra una víctima menor de edad».

En el caso de la primera víctima el hacker, junto con los otros acusados, tomaron el control de su cuenta de TikTok y subieron varios vídeos en los que incluían grabaciones de audio de la voz del propio O’Connor y referencias a su mote.

Con otra de las afectadas, la trama fue más allá. Corría junio de 2019 cuando los acusados se hicieron con su cuenta de Snapchat, de la que obtuvieron fotografías desnuda. El propio O’Connor se encargó de reenviar a sus colaboradores sus imágenes, llegando a amenazarle con publicarlas a menos de que publicase un mensaje asegurando que los hackers le habían devuelto su cuenta.

AVISOS DE FALSAS EMERGENCIAS EN CALIFORNIA

Un año más tarde, en junio de 2020, O’Connor participó de lo que se conocer como ‘swatting’, una especie de broma pesada que se realiza llamando a servicios de emergencia simulando falsas alarmas. Así las cosas, utilizó el teléfono de una chica de 16 años para llamar al Departamento de Policía de Garden Grove y a los bomberos del condado situado en California informando de eventos que, en realidad, nunca sucedieron.

Ese mismo día O’Connor envió una amenaza a una escuela secundaria haciéndose pasar como la víctima, amenazando con disparos en la escuela de la ciudad. Además, tras acceder a su cuenta de Reddit, publicó mensajes contra dos restaurantes. El hacker llegó incluso a llamar a los padres de la afectada amenazando con matar a varios de sus familiares.

Además de los hechos anteriormente relatados, Estados Unidos presentó una nueva solicitud de extradición incluyendo los mencionados delitos de acceso ilícito a sistemas informáticos, estafa informática, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal, contando también con el visto bueno del fiscal para su entrega.

ROBO DE CRIPTOMONEDAS A UNA COMPAÑÍA DE MANHATTAN

Todo ello, recoge el escrito del Ministerio Público, por los ataques informáticos que O’Connor perpetró entre marzo y mayo de 2019 junto a otras personas, junto con las que logró acceder a varias cuentas y sistemas informáticos de una compañía de criptomonedas ubicada en Manhattan.

Gracias a ese ataque pudieron hacerse con el control del teléfono móvil de un ejecutivo de la propia compañía, vinculando el mismo a una tarjeta desde que la que lograron desviar sus llamadas y mensajes a otro dispositivo. Después, obtuvieron el acceso no autorizado a cuentas de la víctima registradas con ese número de teléfono móvil.

La organización se apoderó de criptomonedas con un valor aproximado de 784.000 dólares (685.247,360 euros) e incluían aproximadamente 770,784869 Bitcoin en efectivo, 6,363.490509 Litecoin, 407,3960974 Ethereum y cerca de 7.456728 Bitcoin. A continuación, procedieron al blanqueo del dinero por medio de docenas de transferencias, transacciones e intercambios de las criptomonedas por Bitcoin.

Será este jueves a partir de las 09.45 horas cuando O’Connor se enfrente a la vista de extradición por el hackeo de las cuentas de Twitter, Snapchat y TikTok. Unos minutos más tarde, en la misma Sala, el hacker asistirá a la vista por los últimos hechos, relacionados con el robo de la criptomoneda.