Salsa de almendras: por qué debes echarlas con cáscara

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La salsa de almendras es todo un clásico que se disfruta especialmente en la época de invierno. Es perfecta para acompañar pescados, verduras y carne de ave; y gracias a su textura suave y delicada, suele revestir de elegancia todo plato en el que sea presentada.

Prepararla perfecta tiene su truco, y algo que seguramente te preguntas con frecuencia es si es mejor utilizar las almendras peladas o con cáscara. Para aclarar esas dudas y para facilitarte la preparación de una salsa perfecta, te invito a leer toda esta información que estoy por ofrecerte.

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Con piel o sin piel ¿Debes echarlas con cáscara?

Hemos llegado al punto que, tal como te comentaba, quizás siembra algunas dudas en tu cabeza, ya que, aunque algunos afirman que la piel de las almendras es rica en antioxidantes y fibra, en la mayoría de las recetas se recomienda el uso de las almendras peladas.

Lo cierto es que la piel que cubre a las almendras, cumple una labor de protección al fruto ante la picadura de insectos y también las infecciones por hongos. Esta cáscara, si bien puede llegar a ser alta en fibra, es a su vez sumamente indigesta para los seres humanos. Por esta razón, lo mejor es consumir este fruto seco sin ella.

Para retirarle la piel, lo mejor que puedes hacer es dejarlas en remojo durante toda la noche y pelarlas en la mañana. Otra forma de hacerlo rápidamente, es escaldándolas en agua hirviendo y listo, la piel caerá con facilidad.