Grandes cagadas del cine. Algunas son simpáticas, otras increíbles, y otras… para matar a directores y productores.
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Actores, directores, encargados de vestuario y emplazamientos. Hemos metido caña a todos, y los dibujantes no podrían ser menos.
Un clásico de Disney como ejemplo, La Bella y la Bestia.
En una de las escenas se sientan a cenar y la Bestia devora por completo unos cereales de una forma que hace honor a su nombre, por lo que acaba con la cara manchada de comida. Pero… no ha pasada nada porque, en tan sólo unos instantes, la criatura volverá a tener la cara limpia, sin rastro de restos de comida. No acaba ahí el tema porque para nuestra sorpresa, en la siguiente escena volverá a tener la cara manchada. Vamos, como para volverse totalmente locos.
No creas que son casos aislados, los dibujos animados están llenos de escenas como esas.
