La Navidad, en el mundo occidental, es el momento del año que más asociamos con la celebración. Para todos, incluidos los más alejados de la fe cristiana, es una época en que acostumbramos a reunirnos con familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc. La alegría que nos producen estas fiestas la expresamos frecuentemente comiendo y bebiendo. Si lo hacemos sin la moderación debida, aparecen los dos invitados menos deseados en toda fiesta. Sí, estamos refiriéndonos a las resaca y la indigestión.
Particularmente, entre tantos compromisos, la resaca, es decir, los molestos síntomas que aparecen después de una ingesta desmesurada de bebidas alcohólicas, puede resultar un contratiempo de lo más inoportuno. Sin embargo, existen trucos para combatirla más allá de la siempre recomendable moderación. En el siguiente artículo, te los contamos para que puedas disfrutar sin que esto te lastre.
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Agua
El antídoto más habitual para la resaca probablemente ya lo conozcas. Sí, efectivamente, se trata del agua. Y es que cuando te levantas después de una noche más larga de la cuenta, el cuerpo te pide beber unos cuantos litros de tan olvidado elixir. Esto se debe a la deshidratación provocada por el alcohol en nuestro cuerpo, especialmente en el cerebro, siendo la causa del archiconocido dolor de cabeza. También nos ayuda a paliar otros síntomas, como la sequedad en boca y garganta, amén de eliminar los residuos generados de manera más rápida.
Lo más recomendable es ingerir una cantidad importante de este líquido poco a poco antes de dormir, a fin de prevenir los síntomas mencionados. Comprendo que es difícil que te acuerdes en ese momento, pero, en cualquier caso, sea esa misma noche o al día siguiente, ten siempre a mano una botella de agua. Se puede convertir en tu mejor aliado.
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Bebidas isotónicas
Ciertos refrescos o bebidas isotónicas pueden ser más útiles que el agua. Aquellas utilizadas por los deportistas pueden ayudarte a equilibrar el nivel electrolitos y azúcares de tu cuerpo y esto nos hace más sencilla la absorción del agua. Sin embargo, hay que tener cuidado con las que contienen cafeína, ya que pueden favorecer la deshidratación que precisamente intentamos combatir. Un último apunte muy necesario es contra la errónea creencia popular de que la cerveza contribuye a disipar los síntomas de la resaca. Es totalmente falso, pues al igual que las bebidas energéticas, en estas situaciones favorecen el proceso de deshidratación que estás sufriendo.
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Sopa
Las sopas contundentes, como aquellas a base con caldo de pollo y fideos, se te presentarán como uno de los platos ideales a la hora de lidiar con la resaca. Entiendo que quizá no sea el más apetecible en ese momento, cuestión de gustos. Lo que sí es un hecho objetivo es que te sentará muy bien, pues, además de hidratarte, te aportarán proteínas y electrolitos.
A veces, más deseable que el consomé resultan las comidas grasientas como la pizza. No obstante, debes resistir esta tentación, dado que no te aportarán los nutrientes que en ese momento necesitas y, por el contrario, si estás siguiendo una dieta, será una manera absurda de incumplir el régimen al que tanto te ha costado adaptarte.
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Espárragos, de segundo
La mayoría de las frutas y verduras contribuyen a que disminuya tu resaca. Un zumo natural nada más levantarte te sentará como agua de mayo, aunque el alimento que actúa con más fuerza en estos casos son los espárragos.
Es algo que habrás oído frecuentemente en la barra del bar. Sin embargo, tiene un fundamento científico muy real. Estas verduras, que dan a la orina un olor tan desagradable como característico, tienen una serie de propiedades que frenan de manera casi milagrosa el proceso oxidativo provocado por la ingesta de alcohol; así que ya sabes: cuando te hayas terminado la sopa, nada mejor que unos espárragos.
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A falta de espárragos, garbanzos
Si no has acumulado provisiones antes de salir, no pidas comida a domicilio. Seguro que en tu despensa tiene garbanzos. Fáciles de preparar, machacados con aceite de oliva y sal, te salvarán la vida cuando te encuentres en esa molesta tesitura. Contienen, al igual que otras legumbres, una gran cantidad vitamina B6, perfecta para hacerte salir del pozo.
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Hummus, si sabes prepararlo
Las recetas mediterráneas van bien para casi todo. Una manera muy atractiva de comerte los garbanzos es el hummus. Este plato típico de la gastronomía árabe, muy arraigado en nuestro vecino Marruecos, está cada día más de moda. Y es que es muy sencillo y rápido de preparar, pero entendemos que si no te encuentras muy allá no quieras andar buscando recetas por Internet.
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Deporte
El ejercicio con mesura te facilitará la recuperación. Ahora bien, pasarte con esto puede ser muy contraproducente. Un paseíto por la calle siempre ayuda a que te duela menos la cabeza y te actives. Eso sí, es muy recomendable que te equipes con unas buenas gafas de sol o, de lo contrario, la fotosensibilidad te jugará una muy mala pasada y te querrás volver nada más salir.
Algunas personas optan por ir al gimnasio con el objetivo de sudar y, de esta manera, eliminar toxinas. Es un buen método. No vamos a decir lo contrario, pero si eres una persona muy aprensiva con ciertos olores, puede conseguir que lo que has intentado evitar durante la noche anterior, te acabe pasando al día siguiente, otorgando a los presentes ese espectáculo lamentable que siempre supone el vomito.
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Ducha
El paso lógico después de practicar ejercicio es irte directo a la ducha. Aún así, si no optas por la alternativa anterior, hazme caso y dúchate. No sólo por cuidar la higiene, que nunca está de más y menos después de salir de fiesta, sino porque una ducha, sobre todo si es con agua fría, contribuye a reactivar la circulación de la sangre por tu cuerpo.
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Medicinas
Si no te importa recurrir a medicamentos o no te han funcionado los remedios anteriores, puedes probar con algunos analgésicos. El más recomendable, el ibuprofeno. Este no hará trabajar tanto al hígado como el paracetamol, por ejemplo.
La aspirina también puede surtir efecto. Es muy común ponerte en funcionamiento con una por la mañana. Hará que te duela menos la cabeza. Sin embargo, tiene efectos negativos, ya que por su poder anticoagulante a veces no es la mejor solución.
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Vida sana
La mejor y más efectiva cura de la resaca es cuidarte. Puede parecer una perogrullada, pero nunca está de más recordarlo. No hace falta que bebas una cantidad ingente de alcohol para que te lo pases bien. También, ayuda no mezclar diferentes tipos de bebidas y tomártelo con calma. Aunque tengas muchas ganas de celebrar después de este año tan duro, no te vayas a acabar las copas de trago. Además, hazlo siempre habiendo comido bien antes. Siguiendo estos últimos consejos preventivos, probablemente evitarás tener que recurrir a los demás.
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