Familias de personas sordas avisan de la «invisibilidad social» de quienes llevan prótesis auditivas

La Confederación Española de Familias de Personas Sordas (FIAPAS) ha solicitado en el Senado el soporte y el reconocimiento jurídico necesarios, que garanticen los derechos de las personas sordas y ha avisado de «la invisibilidad social» de las personas sordas que están oralizadas y utilizan prótesis auditivas.

Así lo ha manifestado el presidente de FIAPAS, José Luis Aedo, este miércoles 24 de noviembre, en su comparecencia ante la Comisión de Políticas de apoyo a la Discapacidad del Senado.

Aedo ha ofrecido los datos sobre la situación socioeducativa de las personas con sordera, que muestran que la implantación precoz, junto con la aplicación de los programas de detección precoz de la sordera infantil y una atención temprana y logopédica especializada, orientadas al aprendizaje de la lengua oral del entorno, permiten el desarrollo de habilidades comunicativas y de aprendizaje.

Si bien, ha advertido de que «el gran error que cometen los poderes públicos y la sociedad en general es creer que esta mejor situación personal lleva consigo tener resueltas todas las situaciones de interacción con el entorno».

Además, ha puesto de manifiesto las nuevas barreras de comunicación que han surgido con la pandemia provocada por la Covid-19 y las medidas de protección para prevenir el contagio (mascarillas, distancia de seguridad, instalación de mamparas).

De forma paralela, ha avisado de las «limitaciones y perjuicios» que suponen para las personas sordas la telemedicina, la educación online o el teletrabajo.

Por ello, FIAPAS ha pedido que se facilite a las personas sordas todos los recursos precisos y que se adopten los ajustes y medidas necesarios para evitar la vulneración de derechos a la salud, a la educación, a la información y en el empleo.

Al término de la comparecencia, algunas personas con sordera pertenecientes al Movimiento Asociativo Familias FIAPAS, han intervenido, a través de un vídeo grabado, para explicar que quieren dejar de ser invisibles y quieren ser escuchadas, porque también son «ciudadanos de pleno derecho y tienen voz». «Como hablamos y nos comunicamos de manera fluida, parece que no tenemos dificultades», han advertido.