Oreja: cómo la debes freír para que esté crujiente y sabrosa

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La oreja es uno de los pinchos más tradicionales de un bar que se precie. Si lo ofrecen en un establecimiento es porque es un valor seguro, ya que si les saliera mal no se atreverían a ponerla. Este plato le saca jugo a unas de las partes con menos carne del cerdo, pero jugando con su textura queda riquísima.

Esta receta es típica por ser el pincho de los bares, pero también puedes hacerla en casa, ya que no tiene misterio alguno. Funciona muy bien como aperitivo aunque también puedes servirla como segundo plato. A continuación, te mostramos cómo debes freír la oreja para que esté crujiente sin perder su sabor.

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EL TOQUE FINAL DE LA RECETA

Una vez que hayas echado la salsa en la sartén, tienes que calcular muy bien el tiempo para que no se te pase la oreja. Con 3 minutos más removiendo bastaría para que este plato tenga su punto perfecto. Tiene que estar bien cocinada para que no se note el cartílago, pero a la vez crujiente.

Cuando la hayas emplatado, puedes añadirle un chorrito de zumo de limón para que le aporte un punto ácido que le va a sentar muy bien. Y ya estaría, no dejes que se enfríen puesto que la oreja se va poniendo dura y el volver a calentarla no le sienta muy bien. Pero hay otras muchas formas de hacer este plato…