Oreja: cómo la debes freír para que esté crujiente y sabrosa

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La oreja es uno de los pinchos más tradicionales de un bar que se precie. Si lo ofrecen en un establecimiento es porque es un valor seguro, ya que si les saliera mal no se atreverían a ponerla. Este plato le saca jugo a unas de las partes con menos carne del cerdo, pero jugando con su textura queda riquísima.

Esta receta es típica por ser el pincho de los bares, pero también puedes hacerla en casa, ya que no tiene misterio alguno. Funciona muy bien como aperitivo aunque también puedes servirla como segundo plato. A continuación, te mostramos cómo debes freír la oreja para que esté crujiente sin perder su sabor.

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EL COCINADO DE LA OREJA

Lo mejor es que utilices una sartén amplia para que la oreja se disponga bien sobre su superficie. Pon el fuego al máximo y una vez que esté caliente, echa toda la oreja sobre ella. Recuerda que no tienes que echarle nada de aceite, ya que con la grasa que va a soltar no se va a pegar al recipiente.

Por si acaso, remueve constantemente y así evitaras que la oreja se quede pegada a la sartén. Después de 4 minutos, añádele el majado que has hecho en el mortero. Sigue removiendo porque en este punto la oreja va a soltar mucho colágeno y esto podría hacer que los distintos trozos se quedaran pegados entre sí.