A lo largo de la historia del fútbol han existido siempre una serie de rituales, manías o acciones que le funcionan a entrenadores, futbolistas o aficionados para para atraer la buena suerte y tenerla a su favor. Por supuesto que no todas consisten en hacer algo para que llegue la buena fortuna, también están aquellas en las que no se deben hacer ciertas cosas para que así la mala suerte no venga.
Realmente el fútbol está lleno de supersticiones y algunas pueden ser más estrafalarias que otras; pero lo que las hace tan vistosas es que llaman la atención y el público no deja de hacerse eco con ellas. Claro que debe haber miles y todas con sus distintos matices, aunque aquí te enumeramos 10 de las más conocidas y más locas que se puedan imaginar.
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Tocar la Copa está prohibido en el fútbol
Entre las supersticiones más extendidas en el mundo del fútbol, por supuesto que se encuentra aquella que alega que si un jugador toca el trofeo antes del partido, su equipo pierde en la final. Esto se ha visto en infinidad de ocasiones; como Gattuso, con la Champions en el 2005; también Payet, con la Europa League en el 2018; y otro fue Giuly, en la Champions de 2004. Este acto de mala suerte les ha costado la victoria a muchos; aunque algunos como Krychowiak lo hicieron y al final alzaron el título. La suerte es muy traicionera.
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No salir sin besar la calva de Barthez
De los rituales más famosos que se recuerden está el que protagonizaron Laurent Blanc y Fabian Barthez durante el Mundial de Francia 1998. En casa, el combinado se jugaba la vida en cada partido y su algo evitaba hacer Blanc antes de comenzar un partido era perderse el momento de besar la calva del Barthez. El central nunca rehuyó de ese ritual de besar la cabeza de su compañero y al final, por suerte o por el talento inestimable de esa selección de fútbol liderada por Zidane, acabó por levantar el trofeo ante la poderosa Brasil, al vencerla 3-0 en la final. Ese beso si que dio suerte.
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Mezclar astrología y fútbol no parece bueno
Si de personajes extraños en el fútbol se trata, uno que no hay que dejar pasar por alto es el de Raymond Domenech. El que fuera seleccionador de Francia tuvo algunas decisiones muy particulares en cuanto a las convocatorias que realizaba, pues varios jugadores se quedaban fuera de sus listas por los designios de las estrellas. Varios empezaron a apuntar que sus decisiones tenían que ver más con el horóscopo que con el fútbol y aunque Domenech lo negó, si que dijo que le gustaba mucho la astrología. Benzema fue uno de sus perjudicados y de eso no guarda un buen recuerdo.
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Mensah y su gorra que nadie le podía quitar
De los porteros de fútbol más peculiares que se recuerden se encuentra Robert Mensah, quien en el 1968 ayudara a su selección de Ghana a lograr el subcampeonato en la Copa de África; sin embargo, todos lo recuerdan por la historia de su gorra. Esta era una que usaba en cada juego y que se la había dado su abuelo; la cuestión es que decían que estaba embrujada. Aunque no se supo si el hechizo lo hizo su abuelo o él mismo, la gorra lo ayuda a que no le hicieran goles; por ese motivo nadie podía quitársela ni siquiera tocarla. Varios rivales trataron de quitársela en algunos partidos para poder marcarle, pero este incluso llegaba a los golpes para evitarlo. Toda una historia digna de mencionar.
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Esa toalla de la buena suerte
Obviamente las manías también suelen considerarse como amuletos de la buena suerte dentro del fútbol. Uno de los que adoptó una especie de ritual fue Santi Cañizares; porque el guardameta nunca salía a jugar sin una toalla que colgaba al lateral de su portería. Si bien siempre dijo que esto era para secarse el sudor, la toalla nunca falta en su arco.
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Trapattoni no dejaba su agua bendita
Otra de las supersticiones en el fútbol en momentos lleva a camino de la religión. En ese sentido Giovanni Trapattoni nunca salía a los partidos sin su botella de agua bendita. Esta leyenda del fútbol italiano, también un tipo muy religioso, sacaba su frasco de agua bendita cuando el equipo no podía hacer gol y, tratando de que nadie lo viera, derramaba el líquido sobre el césped para cambiar la suerte. Casi siempre funcionó, aunque para el recuerdo quedará aquel duelo contra Corea del Sur en el que el árbitro ecuatoriano evitó que cualquier ritual revirtiera el mal resultado para Italia.
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Benzema se acostumbró a su dedo vendado
Durante el 2019, Karim Benzema sufrió una herida en su dedo, una rotura en su dedo meñique, desde entonces empezó a salir con la mano vendada para sostener la férula que protege su dedo; por supuesto que esto es algo médico, pero es que paso a ser un ritual que no falta en el francés, pues aún ahora lo sigue usando. Este se ha convertido en un amuleto para Benzema que ya tenía el fútbol, pero ahora además tiene mucho gol.
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Un gran salto de Cristiano Ronaldo
De los futbolistas que más rituales suele tener antes de entrar a un partido de fútbol se puede contar a Cristiano Ronaldo. Algo que nunca puede faltar en el jugador portugués es entrar al campo siempre con el pie derecho, así tenga que dar un saltito, no ingresa si no es con ese pie; además también siempre es el último en entrar, sin importar qué; y por último, da un gran salto, con el pega sus rodillas del pecho antes de colocarse en línea junto a sus compañeros. Un ritual que se ha visto una y otra vez, pero nunca cansa. Suerte o no, su carrera está plagada de éxitos y récords.
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Aragonés y esa aversión al amarillo
Para grandes personajes supersticiosos en el fútbol, por supuesto que se debe nombrar a Luis Aragonés. El legendario técnico tenía una gran repulsión por el color amarillo, debido a que lo consideraba de mala suerte; pero lo peor es que a tal punto llegaba su aversión que no le gustaba ver a nadie cerca de él con algo de ese color, por lo que pedía que se lo quitara o que se fuera. Muy recordada fue la vez que Raúl llegó con una camisa de ese color a la concentración y Aragonés se la mando a quitar. Cosas que solo tenía «El Sabio de Hortaleza»
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Yashin y su fútbol más sencillo
Cuando eran otros tiempos y las exigencias en el fútbol eran distintas, uno de los que más supo aprovechar eso fue Lev Yashin. El famoso portero, único de esa posición en ganar el Balón de Oro, tenía un ritual muy pintoresco antes de entrar a los partidos; este consistía en fumar un cigarrillo y beber un vaso de vodka. Al explicarse, el ruso siempre dijo que fumar le quitaba los nervios y el vodka lo hacía entrar en calor. Si bien ahora esto sería imposible de ver, a Yashin le funcionó de gran forma.
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