Una rica y sabrosa forma de comer el pollo es mediante la fácil técnica de rebozado. Es una forma tan efectiva como conocida para darle todo el sabor a nuestro producto. Sin embargo, muchas veces fallamos en la, a priori, fácil elaboración.
Y es que, el pollo sin rebozar puede resultar poco apetitoso. Pero un filete empanado puede también resultar fastidioso si la parte externa, el rebozado, no está bien lograda. En el siguiente artículo te explicamos cuáles son los secretos de un buen rebozado para que esté como tiene que estar, bien crujiente.
8Buena temperatura de aceite
Tras haber seguido todos los pasos, haber analizado algunas alternativas para que el producto quede lo más crujiente posible, queda el toque final, freír la carne. Para empezar, es preferible que los filetes estén más bien templados y no recién sacados de la nevera, así, la carne tendrá un mejor gusto.
El punto más importante para la cocción del pollo rebozado, es sin duda, la temperatura del aceite. Esta debe de estar caliente para que el rebozado no se esparza por todo el ancho de la sartén. Debemos de echar un fondo generoso de aceite, pero evidentemente sin pasarnos.