Villarejo dice que tenía 2 números de teléfono que usaba para informar directamente a Rajoy sobre la ‘Kitchen’

El comisario jubilado José Manuel Villarejo ha enviado un nuevo escrito al juez de la Audiencia Nacional que instruye la pieza separada ‘Kitchen’ en el que afirma que se le dieron dos teléfonos de contacto con el entonces presidente del Gobierno Mariano Rajoy para que pudiera tener una «interlocución directa» con él y así evitar posible discrepancias entre lo que le llegaba a través de la cadena de mando y lo que él como agente de inteligencia transmitía.

En un escrito de 19 páginas redactado por el propio Villarejo, que ejerce su propia codefensa, el comisario indica que esa línea directa con Rajoy era para evitar lo que ocurrió en la ‘operación Cataluña’, cuando surgió «más de una discrepancia» entre lo que él aportaba y lo que realmente le llegaba al presidente.

Sobre su entrada en la operación Kitchen, el operativo que se organizó para supuestamente sustraer información sensible al PP que estaba en poder de su extesorero Luis Bárcenas, indica que se produce con posterioridad al comienzo de la misma y ante el fracaso de otros en captar «fuentes humanas». Cabe recordar que en este operativo se logró que el chofer de la familia de Bárcenas, Sergio Ríos, fuera confidente.

Según el comisario, fue el entonces director general de la Policía Ignacio Cosidó quien le comunicó que dejara todos los temas que estuviera haciendo «por un asunto muy urgente» y que el propio Rajoy tenía interés personal. Le añadió, siempre según él, que el director Adjunto Operativo (DAO) Eugenio Pino le pondría al corriente de ello.

Así, recuerda, entendió que era continuación de su intervención la ‘Operación Cataluña’ porque se daban «los mismos intervinientes, paralelos procedimientos y similares objetivos, en una nueva actuación donde el presidente del Gobierno volvía a querer estar informado puntualmente, casi a diario».

Al hilo, Villarejo añade que como en otras ocasiones la Unidad de Asuntos Internos (UAI) le daba apoyo con vigilancias e incluso con seguridad en las citas programadas, y que era el entonces jefe Martín Blas quien coordinaba personalmente el manejo de fondos reservados «pagando él a ciertos colaboradores».

SUS INTERLOCUTORES «PARALELOS»

Por otro lado, explica que como interlocutores tenía tanto al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, como al secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, además del DAO y agentes del CNI. Como «interlocutores paralelos» cita a la Presidencia, a la entonces secretaria general del PP María Dolores de Cospedal y «colateralmente» a la vicepresidenta del Gobierno que era Soraya Sáenz de Santamaría «por otros contactos».

Además, en su escrito –que dice que sirve como adelanto a su declaración del día 2 de julio– apunta que al igual que ocurrió en Cataluña, «en Kitchen había interés del PP por lo que le concernía como partido del Gobierno, pero también razones de Estado, en función de localizar y en la medida de lo posible neutralizar lo que afectaba a sus más altas Instituciones».

Sobre esa operación Cataluña, apunta que le molestó que la información que él fue facilitando sobre la familia Pujol, «lejos de ponerla a disposición judicial, se utilizaba para negociar con el ex president de la Generalitat, Jordi Pujol. Según explica, esto propició que tuviera «varios encuentros muy tensos» con Martínez donde le advirtió de que, si no iban a considerar judicializar la información que les aportaba, deberían abonarle al menos los gastos por esa «actividad para ellos privada».

Al hilo, se arroga que, gracias a sus notas incluidas en un borrador de la UDEF, CIU cayera de 62 escaños a 50, y que eso sirvió para neutralizar «los planes independentistas que el clan Pujo pilotaba». Apunta que dado su éxito no le extrañó que le volvieran a llamar «ya que fue felicitado por todos los interlocutores por el resultado de sus trabajos en Cataluña», incluso por el propio Rajoy.

Sobre esa felicitación, indica que el expresidente lo hizo de forma «discreta y privadamente a través del teléfono de Cospedal. Y añade que ahora que ha recobrado la libertad tras permanecer más de tres años en prisión provisional ha podido localizar uno de los dos números de teléfono que en su día le facilitaron para contactar directamente con el presidente Rajoy.

Por otro lado, el comisario asevera que el CNI llevó a cabo vigilancias a los Bárcenas, y que coincidieron con agentes de la UCAO y de Asuntos Internos, lo que provocó ciertos roces porque el servicio secreto no compartía información con el resto de cuerpos. Indica además que éstos tenían acceso directo a la vida diaria de Bárcenas a través de Instituciones Penitenciarias y que incluso infiltró a presidiarios con identidades falsas.