Con letra pequeña: así te la cuela la bajada del IVA de la luz al 10%

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La factura de la luz se ha convertido en el escollo más frecuente de los españoles. Ahora que han bajado el IVA de la luz, hay que estar muy atentos de esos puntos que quedaron establecidos en letras pequeñas, y son los que no podrían no ser tal como lo ha anunciado recientemente el Gobierno de Pedro Sánchez. Las múltiples discordias que ha generado el nuevo cálculo concerniente al pago de este importante servicio con los bloques horarios, ha sido un duro golpe para millones de familias.

Aunque el Ejecutivo Nacional busca mitigar este impacto, hasta ahora lo ha hecho de forma muy superficial. Esto se traduce en el recibo más caro en toda la historia. Con el pronunciamiento que nos habla de esta disminución en el impuesto, queremos explicarte bien cómo funciona, ya que podrías tener dudas. Además, no todo es tan color de rosas como puedes ver en un primer momento.

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¿Es realmente una medida viable para una factura más barata?

A simple vista, la reducción del IVA de la luz al 10% podemos verla como una ayuda para que «teóricamente» la factura de la luz no llegue tan alta. Eso es lo que podríamos imaginar. De hecho, sin ir muy lejos, lo que intentan hacer los líderes del Gobierno es que el recibo no sea más caro. Pero ya sabemos que el daño está hecho. Justamente, los precios están altos, y el kilovatio por hora en la actualidad es el mayor enemigo.

Entendiendo que cuando es más barato, es en las horas donde nadie hace nada. Casi es el turno de la madrugada. Al momento en que la gente está descansado, por lo que, es una aberración que alguien vaya a lavar ropa a una hora Valle. A menos que sea un fin de semana que ya la cosa cambia, y se tiene rienda suelta, o si se trata de un feriado.

Quere decir que, el mercado eléctrico hoy por hoy luce más tambaleante que nunca. Este IVA así lo viene a confirmar (con todo y que lo bajaron). Y es que, no conviene fiarse al 100% de esta medida. Tiene sus letras pequeñas que no te la han dicho. Más allá de maquillar un discurso que está claro es el mismo de siempre.