CEAR pide políticas planificadas y coordinadas para gestionar la crisis migratoria

El Comité Español de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha solicitado unas políticas planificadas y coordinadas con las instituciones canarias, la sociedad civil y la ciudadanía para gestionar la crisis migratoria en las islas.

De esta manera, ha reclamado que se eviten medidas reactivas y de emergencia al entender que sólo ofrecen respuestas cortoplacistas y reduccionistas frente a una realidad que es poliédrica y que requiere de una perspectiva temporal más larga.

Al respecto, el coordinador territorial de CEAR en Canarias, Juan Carlos Lorenzo, reconoció que ha habido un cambio de criterio en los traslados desde el archipiélago «agilizando y desbloqueando las políticas de contención».

«Pero esto no debe depender del Gobierno de turno, se necesitan políticas planificadas y coordinadas», dijo este viernes durante la presentación del informe ‘Las personas refugiadas en España y en Europa’.

Por su parte, el Comité ha hecho especial hincapié en la necesidad de activar los mecanismos de solidaridad territorial, diseñando una redistribución de las personas entre todas las comunidades autónomas.

GARANTIZAR UNA POLÍTICA DE TRASLADOS ÁGIL Y TRANSPARENTE

Asimismo, CEAR ha reclamado garantizar una política de traslados ágil, transparente y sistematizada desde Canarias, Ceuta y Melilla a la península para las personas llegadas a estos territorios, en especial a los perfiles más vulnerables.

El objetivo aquí es evitar que las islas y los territorios ultraperiféricos de la UE vuelvan a convertirse en grandes campos de retención.

UN TOTAL DE 1.842 PETICIONES DE ASILO EN CANARIAS

España volvió a ser el tercer país en 2020 de la UE que atendió a un mayor número de solicitantes de asilo, con Venezuela y Colombia como principales países de origen. En este caso, Canarias fue la cuarta CCAA con mayor número de solicitudes con 1.842.

Sin embargo, solo el 5% de las casi 115 000 personas cuyo expediente se resolvió en el conjunto del país logró la protección internacional (muy lejos del 33% de la medida comunitaria), mientras que el 45% obtuvo una autorización de residencia por razones humanitarias y el 60% quedó en desamparo.

Lorenzo expuso en este punto que a pesar del descenso generalizado en el número de solicitantes de asilo a nivel estatal –un 25% debido al cierre de fronteras por el Covid–, en el caso de Canarias la tendencia es inversa con un aumento del 28,32%.

CANARIAS RECIBIÓ 23.023 MIGRANTES, MÁS DE LA MITAD DE TODA ESPAÑA

Mientras, durante el pasado año la llegada irregular de migrantes a la UE descendió un 23% respecto a 2019. De las 99.475 personas registradas, el 86% lo hicieron por vía marítima (85.809)

De éstas, 40.106 (el 47%) arribaron a las costas españolas y más de la mitad de ellas (23.023) a Canarias, ruta migratoria que se reactivó con fuerza a partir de septiembre de 2019.

De igual modo, el año pasado, 1.417 personas murieron o desaparecieron en el Mediterráneo, de las que 330 navegaban hacia España. A estos fallecimientos se unieron los de 539 personas en la costa noroccidental de África, que principalmente se dirigían hacia Canarias.

EL MUELLE DE ARGUINEGUÍN, LO MÁS PREOCUPANTE DE 2020

El informe resalta que en materia migratoria, lo más preocupante ocurrido en España el año pasado fue lo ocurrido a partir de agosto en el muelle de Arguineguín que se convirtió en un campamento improvisado en el que se hacinaban centenares de migrantes en condiciones infrahumanas.

CEAR matiza que «especialmente dramática» fue la decisión de separar a las familias llegadas, incluso a niños y bebés de sus padres, en algunos casos durante más de un mes.

Además, el Comité añadió que una vez desmantelado el campamento de Arguineguín a fines de noviembre, la solución propuesta por el Gobierno, el denominado Plan Canarias, que contempla la creación de 7.000 plazas de acogida, «la mayoría de ellas en condiciones muy precarias, ha sido claramente insuficiente».

Ante esta situación, la entidad ha visto imprescindible redimensionar el programa de acogida humanitaria y dotarlo de una estructura estable y flexible y complementarlo, además, con una política de traslados de migrantes ágil y transparente y con unos protocolos adecuados de atención a los menores.