Paella: los detalles que debes cuidar para hacer un buen socarrat

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El socarrat o lo amas o lo detestas: no hay término medio con él. La zona de arroz más cercana a la paella, la que se suele quedar algo más tostada que el resto, suele ser objeto de controversia entre los amantes del plato más famoso de la gastronomía española.

Hay quienes aseguran que este chamuscado es una abominación, algo incomible; pero otros, los que se las dan de entendidos en esto de las paellas, dicen que es un caprice des dieux, un bocado de cielo puesto en la tierra en forma de arroz quemado. Eso sí: ¡ha de ser un buen socarrat! No es sencillo conseguir uno realmente bueno, pero hoy en QUÉ! vamos a darte los mejores consejos para lograrlo.

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LA GRASA: CLAVE DEL SOCARRAT

Socarrat y Chicote.

Quienes más saben de esto aseguran que uno de los grandes secretos de la técnica consiste en conseguir que haya grasa solo en su término justo. Esto es lo que a priori acaba haciendo que la parte del socarrat sea la que más sabor tenga de la paella.

Estas grasas y azúcares son los encargados de crear la capa crujiente y tostada, aunque también el almidón del arroz y la temperatura con la que calentamos la paella influyen en el resultado. 

Has de saber que un exceso de grasa arruinará en la mayor parte de las ocasiones nuestro socarrat, así que si observas que te sobra grasa en el caldo enfríalo un poco para retirar lo que te sobra y que así se tueste el conjunto de la mejor manera posible.