El Museo Pablo Gargallo de Zaragoza acoge una exposición de cerámica de Daniel Zuloaga

El Museo Pablo Gargallo de Zaragoza acoge desde el 29 de abril y hasta el 17 de octubre una exposición de 70 obras con el título ‘Daniel Zuloaga. El hechicero del arte de la cerámica’, organizada por el Ayuntamiento de la capital aragonesa y la Fundación Zuloaga para conmemorar el centenario del fallecimiento del artista.

La muestra incluye piezas de gran vistosidad y dimensión, también dibujos, acuarelas y óleos íntimos, que representan todas las etapas de la actividad creadora del artista, desde la fábrica de La Moncloa, en Madrid (1877-1892) pasando por la fábrica de loza La Segoviana, en Segovia (1893-1906), hasta su taller como ceramista independiente en la iglesia románica desamortizada de San Juan de los Caballeros (1907-1921).

La vicealcaldesa de Zaragoza, Sara Fernández, ha declarado a los medios de comunicación que los zaragozanos podrán disfrutar de «una exposición diferente, multidisciplinar», donde «el principal protagonista es la cerámica, también los óleos y acuarelas» que componen «una historia» sobre Zuloaga.

La directora de la Fundación Zuloaga, Margarita Ruyra de Andrade, ha explicado que esta exposición es el primer evento del proyecto ‘Arte para todos’, organizado por la Fundación, cuyo objetivo es «hacer exposiciones de arte de calidad y a bajo coste en ciudades y pueblos de España».

Ha confiado en que otros Ayuntamientos, como los de Graus, Calatayud, Ejea de los Caballeros o Jaca, «cualquiera de ellos», puedan exponer las colecciones que suman más de 700 obras, articuladas en diez discursos expositivos «para hacerlos llegar a la población en general».

Ruyra de Andrade ha elogiado a los técnicos del Museo Pablo Gargallo, «excepcionales», y también la «agilidad» del Ayuntamiento, indicando que esta muestra plasma «lo que Daniel Zuloaga es», celebrando que «todo el equipo ha funcionado como un reloj».

La directora de la Fundación ha recordado que el ceramista murió en Segovia en mayo de 1921 y que el Ayuntamiento de Zaragoza se ha adelantado a Madrid, Segovia y San Sebastián, que organizarán varios eventos a lo largo del año. Zuloaga participó en 1919 en la Exposición Hispano-Francesa de Zaragoza con varias piezas de cerámica.

Ruyra de Andrade ha lamentado que las artes decorativas están «poco valoradas» en España y se ha preguntado si la cerámica es menos expresiva que un óleo o un grabado, una acuarela o una escultura. «Todos tenemos alguna pieza de cerámica, la tenemos cerca, la utilizamos», ha apuntado.

El comisario de la exposición, Abraham Rubio, ha considerado que Daniel Zuloaga «se sentiría muy orgulloso al volver a un sitio tan espectacular después de cien años», recordando que en su época expuso en La Lonja.

Rubio ha expuesto que Eusebio Zuloaga, padre de Daniel, le envió junto con sus hermanos, Guillermo y Germán, a la Escuela de Cerámica de Sèvres (Francia), «donde no podía entrar cualquiera». Allí permanecieron cinco años para volver a España en 1870, ayudándoles su padre, quien era el encargado de restaurar las obras del Palacio Real.

El comisario de la exposición ha comentado que Daniel Zuloaga pintó sus cerámicas con una «pincelada supersuelta, muy en la línea de Goya» y que pintaba directamente, sin dibujar antes, lo que le acarreó numerosas críticas. «Tenía clarísimo que estaba haciendo algo especial», ha añadido.

Daniel Zuloaga «tuvo suerte» porque a finales del siglo XIX se puso de moda, por imitación del arte oriental, llevar la cerámica a la arquitectura en Europa y el mecenas Ricardo Velázquez le encargó la decoración con cerámica de muchos edificios, comom el Palacio de Cristal del Parque de Retiro de Madrid o la sede del Ministerio de Fomento en Atocha.

Cuando llegó a Zaragoza, en 1919, estaba en la cumbre de su carrera, y varios arquitectos le encargaron varias obras, también coleccionistas e instituciones, como el Círculo Agrícola y Mercantil, que le compró varios jarrones para el comedor de su sede. Sus hijos le ayudaron y, posteriormente, en 1949, consiguieron que el Estado comprara la Iglesia de San Juan de los Caballeros para convertirla en el Museo Zuloaga, que incluye una escuela de cerámica.

TRES SALAS

Esta exposición se organiza en tres salas, en la primera de las cuáles se explica la relación del ceramista con su familia, mientras que en la segunda se manifiesta su importancia como muralista, aunque no se han podido instalar los grandes murales que alberga el Museo Zuloaga de Segovia, y la tercera sala recoge todos los estilos, algunos inspirados en Próximo Oriente y otros en esmaltes románicos.

Todos los fondos expuestos pertenecen a la Colección Zuloaga de cerámica. Entre las obras que se exhiben destacan ‘Heridos en el hospital’, de Francisco de Goya, y se incluyen piezas de la colección desaparecida de Eleuterio Laguna, así como otras donadas por Cáritas.

Muchas de las fotografías expuestas son inéditas y pertenecen a la Fototeca del Archivo de la Fundación Zuloaga. A la exposición se añaden varias actividades didácticas, como talleres y conferencias de expertos.