La acusada de matar a su cuñada lo admite

La acusada de matar a su cuñada con un cuchillo y de prender luego a la casa en la que convivían en Torrelavega ha admitido este lunes, en parte, los hechos, ya que si bien ha reconocido que le asestó puñaladas -cuatro de la veintena que presentaba el cuerpo-, ha alegado que lo hizo porque «un científico» se lo dijo y la «programó» para que lo hiciera.

«El científico tenía mi mente en una computadora. Está cerca de mí para programarme y que haga lo que él diga», ha manifestado la procesada ante el tribunal del jurado que enjuiciará lo sucedido en verano de 2019, durante el interrogatorio con el que ha comenzado la vista en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria.

A preguntas de todas las partes, la implicada -nacida en 1974 en República Dominicana- ha reconocido que acabó con la vida de la hermana de su pareja el 26 de julio, aunque ha indicado que la noche antes le «comunicaron» que tenía que matar a alguien, en concreto a su cuñada.

«Un científico me lo decía», ha precisado en la que ha sido su primera declaración durante el proceso y por el que ingresó en prisión al día siguiente de lo ocurrido, aunque en la actualidad permanece internada en la unidad de Psiquiatría del Hospital Valdecilla de Santander.

Cuestionada por la fiscal acerca de por qué no había mencionado antes a ese científico, la procesada ha señalado que quiso contárselo al psiquiatra de la cárcel El Dueso de Santoña, a la que fue trasladada tras los hechos, aunque posteriormente fue derivada al centro penitenciario de Villabona, en Asturias, al parecer por problemas con sus compañeras en la prisión cántabra, según un escrito que ha aportado al inicio del plenario la acusación particular.

Pero «no me lo estoy inventando, es así», ha comentado sobre ese hombre y la supuesta programación. De acuerdo con su relato, el «científico» la advirtió de que si no mataba a alguien, él acabaría con su vida. «Si no lo haces, te mató a ti», ha comentado, para añadir al respecto que le dijo que podía dar «una tecla de una computadora» y programarla para que se comportara como si fuese «un robot», y entonces se asustó.

En la sesión, y a cuestiones de su abogada, la acusada se ha mostrado conforme con la pena solicitada por el ministerio público, de catorce años y nueve meses de prisión -por un delito de asesinato, y aplicando la eximente incompleta de responsabilidad, al tener en el momento de los hechos alterada su capacidad de decisión y actuación pero no de forma «grave»-.

SI NO LO HACES, DOY UNA TECLA Y TE MATO A TI

Durante el interrogatorio ha corroborado que cuando ocurrió todo llevaba viviendo trece años viviendo con su pareja y desde hacía «dos o tres» con la víctima y que en 2018 el hombre sufrió un ictus. Y ha añadido que aunque ella «siempre» le acompañaba a las revisiones médicas, el día de los hechos fue su hija porque así lo quiso ésta.

De este modo, la acusada iba aprovechar para ir a pagar 15 euros a un locutorio para llamar a su país pero, ha reiterado, la noche anterior «un científico» le dijo que tenía que matar a su cuñada, pese a que «no tenía nada contra» ella en tanto que «amaba con locura» a su pareja.

Pero «si no lo haces, doy una tecla y te mato a ti», ha dicho que le comunicó el científico, que también le indicó cómo tenía que acabar con la vida de la víctima -«con tus manos» y «con más fuerza», ha parafraseado-. «Yo no tenía motivos para hacerle daño a ella», ha expresado la procesada.

De la agresión en sí, la acusada recuerda que cogió un cuchillo de la cocina y que le asestó puñaladas en el cuello, en los costados -izquierdo y derecho- y en las extremidades -piernas- también, pero «en ningún momento» le dio las 22 -que sostienen las acusaciones pública y particular, ejercida por los familiares y que piden 22 años de cárcel-.

«No sé si se las hicieron después», ha reflexionado sobre el resto de cuchilladas, a la par que ha negado que golpeara a la víctima. Sí ha indicado que cuando sucedió todo estaba «muy asustada y nerviosa», además de «muy triste y desesperada», por lo que no llamó a nadie ni tampoco abrió la puerta de la vivienda.

CINCO HORAS CON EL CADÁVER

Así, según las acusaciones, estuvo cerca de cinco horas con el cadáver en la vivienda, pero ha negado a preguntas de ambas partes que intentara deshacerse del mismo, descuartizándolo o «pegándole candela», como ha expresado.

En este sentido, y a propósito del incendio en la vivienda, ha manifestado que cuando se dio cuenta de «la verdad» -de que su cuñada estaba muerta-, decidió prender fuego al cuarto de su hijo y después a ella misma a la habitación de la víctima.

Sobre el hecho de que no ella no presentara quemaduras pero sí la fallecida, ha reflexionado que tal vez «en algún momento» se le cayó «una cerilla encendida y prendió el colchón». Y respecto a este último dormitorio, ha negado que la cuñada colocara un pestillo en la puerta por «miedo» a ella, sino a su hijo, pues «decía que la quería violar», según ha aseverado.

De su actuación tras las llamas, ha señalado que guardó en una mochila el libro de familia de su hijo y joyas y dinero suyo que, según ha apuntado, no le han devuelto. Al respecto, en otro momento de su declaración, ha comentado que antes de lo ocurrido pidió a una sobrina suya a la que había dejado dinero que le comprara un billete de avión a República Dominicana, porque «me quería ir a mi país».

En otro orden de cosas, y a cuestiones de la letrada de los familiares de la víctima, ha admitido que con anterioridad a los hechos había solicitado ayudas a Servicios Sociales, que en un principio le denegaron, tras lo que manifestó que vivía con amigos y no con su pareja, con el que no estaba casado.

También ha reconocido que residiendo juntos obtuvo la nacionalidad española y que en su día él la dio de alta como empleada del hogar, a lo que ha replicado que ella «hacía todo» lo del piso, en tanto que la fallecida «no hacía nada».

ME SIENTO MUY MAL

Finalmente, a preguntas de su abogada ha indicado que antes del crimen estuvo ingresada en un centro psiquiátrico aunque hacía tiempo que no tomaba la medicación pautada. Ahora, está ingresada en la unidad de Psiquiatría de Valdecilla, porque tiene «un tumor canceroso en la cabeza. Me siento muy mal», palabras con las que ha concluido su relato, justo antes de mostrarse conforme con la pena de prisión interesada por la fiscal.

En su escrito de calificación inicial, la defensa se acoge al principio de presunción de inocencia y solicita la libre absolución para su patrocinada, aunque ha destacado en cualquier caso que en la fecha de los hechos tenía un «trastorno» que afectaba «gravemente» a sus facultades volitivas y cognitivas.

El juicio continuará el martes y miércoles con la declaración de testigos, el jueves con la prueba pericial, conclusiones e informes, y el viernes con la deliberación y veredicto del jurado.