Los cazadores defienden su trabajo en favor de la recuperación de la tórtola

El declive de la tórtola común se ha estabilizado e incluso se ha registrado un «moderado incremento» entre los años 2013 y 2018, según asegura la Fundación Artemisan que destaca el trabajo «fundamental» realizado por cazadores y gestores en favor de su conservación, y considera que la defensa de su gestión junto con su caza sostenible son algunas de las «mejores herramientas» para la recuperación de la especie.

Fundación Artemisan asegura que el «esfuerzo» realizado por los cazadores ya está viendose reflejado en los datos que apuntan a una estabilización e incluso un moderado incremento de la especie desde 2013 y hasta 2018, según los datos recogidos por el programa SACRE, de SEO-BirdlLife.

Así, cita los proyectos en los que cazadores, gestores y administraciones trabajan como el Plan Integral de Recuperación de la Tórtola Europea (PIRTE) y el Observatorio Cinegético entre otras iniciativas que «demuestran el compromiso del sector cinegético con la especie».

En 2019 la fundación junto con la Real Federación Española de Caza y Bineo Consulting, y con el patrocinio de Hornady, Hart y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología del Ministerio de Ciencia e Innovación, puso en marcha el proyecto de ciencia ciudadana ‘Observatorio Cinegético.

Este observatorio recibe datos de cazadores y gestores sobre la presencia y abundancia de especies cinegéticas para construir un sistema de monitorización de fauna a escala nacional.

En concreto, respecto a la tórtola, la Fundación Artemisan señala que pese a la pandemia, en primavera y en verano de 2020 realizaron 191 itinerarios de censo de tórtolas en 131 cuadrículas diferentes repartidas por 11 comunidades autónomas distintas, si bien la mayoría de censos se concentraron en Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura.

En esta última comunidad ha sido posible hacer un estudio completo. Además, la Federación Catalana de Caza impulsó el año pasado la monitorización de las tórtolas en Cataluña, a través también de una aplicación móvil.

Por otro lado, los cazadores y la administración han promovido el ajuste de los períodos hábiles a las fechas aceptadas en la última actualización del documento KCD, comenzando a partir del 20 de agosto en todos los territorios.

Asimismo, añade que la gran mayoría de comunidades autónomas ha reducido el número de días hábiles y capturas, con un máximo de 2-5 días de caza y un cupo de 2-10 tórtolas en función del territorio, incluyendo algunas de ellas nueva normativa que aboga porque la caza se practique en aquellos cotos en los que existan medidas de gestión del hábitat. La entidad estima que estos esfuerzos se han traducido en una reducción de las capturas de tórtola a menos de 500.000 ejemplares, cifra un 47 por ciento menor que la que se producía en 2015.

La entidad destaca las iniciativas promovidas por distintas administraciones y federaciones de caza en proyectos concretos, como los realizados en Cataluña, Islas Baleares y Extremadura.

En esta última, se ha realizado por segundo año consecutivo el PIRTE (Plan Internacional de Recuperación de Tórtola Europea), financiado por la Junta de Extremadura, y en el que participan Fundación Artemisan y la Federación Extremeña de Caza.

A través de este proyecto se han realizado censos de tórtolas en toda la región y se han analizado las poblaciones de tórtolas y su gestión en las comarcas de Monfragüe (Cáceres) y La Siberia (Badajoz).

Durante 2019 y 2020, se ha desarrollado el concepto de «unidades de gestión», lugares en los que se realiza gestión del hábitat (incluyendo aporte de alimento y agua), se llevan a cabo censos de tórtolas mediante escucha de machos en la época reproductiva, y en los que, en su caso, puede plantearse una caza sostenible.

La propuesta de «unidades de gestión» fue presentada en un taller internacional de trabajo, dentro del plan de caza adaptativa en el que participa como socio la Fundación Artemisan. «Seguiremos trabajando por la conservación de esta especie y por la defensa de la gestión y la caza sostenible como las mejores herramientas para su recuperación», concluye la fundación en un comunicado.