Usualmente se piensa que la efectividad de las mascarillas se debe a su capacidad de filtración, y se dejan pasar otros puntos realmente importantes a la hora de usarlas, como que tenga un buen ajuste a nuestro rostro, pues el ajuste correcto servirá para evitar que se fugue el aire sin filtrar.
Los huecos que se producen en distintos lados entre la mascarilla y nuestro rostro son peligrosos, pues es justamente por ahí por donde puede pasar el aire sin filtrar, dejándonos expuestos y desprotegidos. Por ello han surgido las mascarillas elastoméricas.
Lo que dicen los expertos
El experto en aerosoles de la Universidad de Colorado en Estados Unidos, José Luis Jiménez, manifestó en la red social de Twitter que “Si hay agujeros entre la cara y mascarilla, al aire le es más fácil ir a por ellos”.
En otro tweet declaró que “Un agujero del 2% en el área de la mascarilla deja entrar un 50% del aire sin filtrar”. Es alarmante lo serio que es el problema del ajuste en las mascarillas y cómo la población en general ignora los riesgos que provocan los huecos, por pequeños que parezcan de igual modo pasa el aire contaminado.
