Entra en Cuaresma con la mejor receta del tradicional potaje de vigilia

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Por si todavía no te habías enterado, ya estamos en Cuaresma. La celebración este 17 de febrero de un Miércoles de Ceniza algo sui generis ha dado paso al período de 40 días en el que los cristianos se preparan para la Semana Santa por medio del ayuno, la oración y la limosna. Como además se impone el ayuno y/o la abstinencia de carne en según qué fechas, te traemos una espectacular y tradicional receta para pasar el trago: el potaje de vigilia castellano.

Católico o no, más amante de las carnes o menos, esta manera de cocinar el potaje te cautivará. Resulta curioso pensar que este plato de aprovechamiento, confeccionado con alimentos sobrantes de las alacenas españolas, tenga ahora una consideración tan alta. Los gustos culinarios han evolucionado y muchos aficionados a la cocina abrazan ahora la tradicional como si acabara de inventarse. 

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ÚLTIMOS PASOS DE LA RECETA

Una vez se vaya el vapor de la olla, se abre para retirar los ajos, la cebolla, el laurel y el caldo que no sea necesario, dejando el suficiente para que los garbanzos se cubran un poco y no se peguen.

Mientras tanto, y en una sartén con aceite, doramos la cebolla, picada. A esta, cuando tome el color necesario, se le añade el bacalao escurrido y cortado para que se cocine un poco, momento en el cual se echa la cucharadita de pimentón.

Todo esta mezcla vuelve a depositarse en la olla de los garbanzos junto con las yemas de los huevos cocidos y las espinacas que anteriormente hemos preparado. Se le da un último hervor, rectificamos la sal y lo retiramos. Lo podemos servir en un plato decorado con el huevo cocido y, para los más valientes, añadiéndole una guindilla.