Entra en Cuaresma con la mejor receta del tradicional potaje de vigilia

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Por si todavía no te habías enterado, ya estamos en Cuaresma. La celebración este 17 de febrero de un Miércoles de Ceniza algo sui generis ha dado paso al período de 40 días en el que los cristianos se preparan para la Semana Santa por medio del ayuno, la oración y la limosna. Como además se impone el ayuno y/o la abstinencia de carne en según qué fechas, te traemos una espectacular y tradicional receta para pasar el trago: el potaje de vigilia castellano.

Católico o no, más amante de las carnes o menos, esta manera de cocinar el potaje te cautivará. Resulta curioso pensar que este plato de aprovechamiento, confeccionado con alimentos sobrantes de las alacenas españolas, tenga ahora una consideración tan alta. Los gustos culinarios han evolucionado y muchos aficionados a la cocina abrazan ahora la tradicional como si acabara de inventarse. 

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CÓMO PREPARAR LA RECETA

Como suele ser habitual con esta serie de potajes, la preparación de la receta comienza una noche antes, remojando los garbanzos con agua templada y sal. Ya a la jornada siguiente, lo ideal sería meterlos dentro de una redecilla -para facilitar más tarde su retirada- y esta red dentro de una olla exprés con abundante agua. Añadimos dos dientes de ajo, una cebolla y un laurel y comenzamos a cocinar la mezcla para desespumarla un poco al principio.

Cerramos a continuación la olla y, una vez que coja presión, se reduce la potencia del fuego y se mantiene durante 20 minutos, si es una olla rápida. Si no, lógicamente, este proceso tomará más tiempo. Mientras tanto, se cuecen las espinacas un par de minutos en otro recipiente, se escurren, pican y reservan, así como los dos huevos.