En este artículo vamos a ver la enfermedad que padece Amanda Rodríguez, participante de Gran Hermano 16, que la avergüenza. Gran Hermano se convirtió a comienzos del siglo XXI en el reality por excelencia en la televisión española. Con Mercedes Milá a la cabeza, el programa ha dejado momentos para la historia de nuestra televisión, desde la guerra entre la vaca y «Fresita» hasta el mítico «quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza». La salsa de este reality han sido sus concursantes, y muchos de ellos, ya fuesen ganadores o no, hicieron carrera en televisión, pero otros se apartaron de la vida pública para volver a su ciudad natal y continuar con su vida. Este es el caso de Amanda Rodríguez, malagueña y participante de «Gh26».
Veamos algo más sobre Amanda Rodríguez y la enfermedad que padece actualmente:
1Amanda Rodríguez participó en Gran Hermano 16
Esta malagueña de 31 años participó en Gran Hermano 16 en el año 2015, cuando tenía 25 años y aún era estudiante de Marketing e Investigación de Mercados. Hoy ya ha terminado sus estudios y es una profesional del mundo del Marketing. Recientemente, Amanda ha reaparecido en las redes sociales tras un tiempo desaparecida y ha confesado el motivo de esa desaparición. La que fuera concursante de Gran Hermano se ha sincerado con sus seguidores en Instagram y ha desvelado la enfermedad que padece a través de un texto muy largo.
En dicho texto, Amanda Rodríguez se ha mostrado totalmente destrozada y ha contado los motivos de su ausencia en las redes. Su texto comenzaba así: “Intentar aceptar. Me costó mucho aceptar que lo que tenía era un problema. Mi salud mental lleva tiempo afectada y no sabéis lo agotador que es emocional y físicamente”.
Como también dice en su texto, el hecho de sufrir de problemas de salud mental la han llevado a no querer hablar del tema por miedo a lo que la gente podría llegar a pensar o decir sobre ella. En sus propias palabras, Amanda decía: “Se me hizo imposible contarlo porque tenía mucho miedo al qué dirán y porque me siento muy avergonzada de sentirme así. Por desgracia, esto no ayuda y lo único que hace es que muchas personas, como yo, tengan miedo de pedir ayuda, por lo que complica mucho la recuperación”.
